Si bien el miedo, como lo definen, es una reacción fisiológica diseñada por la evolución para eludir situaciones de peligro, inmediato o potencial, en realidad suelen ser normales e incluso positivos en los niños, ya que suponen un estado de alerta que protege de posibles riesgos. Pero actualmente, inmersos en este mundo tan aturdido y con tanta información, los niños están que circulan por la casa y escuchan y miran todo lo que dice la televisión, y a pesar de que esto algunos lo entiendan y otros no, sin lugar a dudas, todos pueden percibir el miedo, el pánico, la incertidumbre y la desesperación.

Normalmente los miedos en los niños no suelen ser motivo de grandes preocupaciones, pero si son tan intensos y persistentes que repercutan negativamente en el desarrollo del niño, en su vida cotidiana o en sus estudios y la familia, provocando un estado de ansiedad desproporcionado, deben ser tratados profesionalmente a la mayor brevedad posible, pero a este punto es que debemos evitar llegar con los miedos que pueda generar esta situación actual.

Por eso es fundamental que como adultos podamos transmitirles todo el tiempo la mayor serenidad posible, porque somos los referentes a los cuáles acuden frente a cualquier situación atemorizadora. Pero debemos darles espacio para que compartan sus miedos, que sepan que es normal sentirse estresado en algunos momentos porque a todos nos pasa, pero es importante que seamos capaces de reconocer estos sentimientos y saber que los momentos estresantes pasan y la vida vuelve a la normalidad, lo cual les ayudaría a desarrollar la resiliencia. Y mantenga siempre abierto el diálogo, aproveche también estas conversaciones sobre el coronavirus como una forma de ayudar a su hijo a aprender cosas sobre su cuerpo, como la forma en que el sistema inmunitario combate las enfermedades.

Los padres, los miembros de la familia con los que conversen, el personal de la escuela y otros adultos de confianza pueden también desempeñar un papel importante para ayudar a los niños a entender lo que escuchan de manera honesta, precisa y minimizando la ansiedad o el miedo.

Es preciso que no nos descuidemos con los tipos de miedos que se puedan estar generando en los chicos, como son la población más vulnerable, no tienen los mismos recursos cognitivos ni emocionales para manejar el miedo, por eso debemos estar atentos para saberlos abordar de manera oportuna, ya que algunos miedos pudieran llegar a ser perjudiciales para el desarrollo del niño, pero hay otros que le enseñan a ser más precavido y cuidadoso. Lo nuevo, lo grande, lo ruidoso o lo distinto pueden dar miedo al principio, pero el mismo, de hecho, permite al niño entender el mundo.

No está de más mencionar, que frente a esta pandemia, niñas y niños pueden estar presentando distintas reacciones como dificultad para dormir, dolor de estómago o estando enojados o con miedo todo el tiempo. En estos casos, como mamá o papá, lo mejor es apoyarlos, explicarles que es normal sentir miedo o preocupación y asegurarles que esta situación es temporal, transmitirles siempre mucha tranquilidad, seguridad, confianza, y ayudarles a superarlos con mucho cariño y comprensión.