Debemos traer refugiados sirios

Debemos traer refugiados sirios

La guerra civil y la consecuente violencia en Siria ha provocado un exilio masivo hacia Europa de sus ciudadanos, musulmanes pero también cristianos, y los gobiernos de ese continente han optado, con mayor o menor dedicación, a recibirlos. Lo mismo están haciendo seis países latinoamericanos y Estados Unidos. Nuestro país debe de anunciar que está dispuesto a recibir a varios cientos de ellos y por cuatro razones muy válidas:

1. Por razones humanitarias. Cuando la dictadura de Trujillo y la posterior guerra civil de 1965 varios países recibieron a exilados y refugiados dominicanos y cuando la guerra civil española y la persecución de Hitler contra los judíos, recibimos a varios miles de refugiados europeos. Los dominicanos debemos ser consistentes en nuestro agradecimiento y generosidad.

2. Por razones culturales. Desde finales del siglo XIX y con motivo de otro período de inestabilidad política en el Medio Oriente, nuestro país acogió a por lo menos mil “árabes” y “sirios”, como le llamábamos entonces. Procedían principalmente del Líbano y Libia. La prensa de San Pedro de Macorís, por ejemplo, en 1896 habló de “una invasión de árabes en pueblos y campos”. Francisco F. Moscoso Puello en su novela “Cañas y bueyes” citó como “los sirios con su voz melosa convencen a la peonada de que tienen buenos y baratos artículos para ofrecer” y también menciona “mulos conducidos por sirios”.
En una fecha tan tardía como 1929 nuestra prensa hizo referencia al: “Comercio sirio y árabe de Macorís”. Con el tiempo se les llegó a denominar equivocadamente «turcos» porque habían llegado a nuestro país con pasaportes del imperio otomano, que en aquella época dominaba esa región y por eso habían tenido que abandonarla. Pero perdura el nombre original como es el caso del “Centro Sirio Libanés” reflejando el verdadero origen de estos inmigrantes, la mayoría católicos maronitas.
Esos inmigrantes y sus descendientes han dado a nuestro país vicepresidentes de la república, rectores de universidades, grandes empresarios, profesionales e intelectuales. Es justo que sus descendientes sean los que con mayor entusiasmo entre nosotros auspicien la llegada y acogida de esos refugiados.

3. Por razones económicas. Como ya se ha hecho evidente en Europa, se trata de refugiados de clase media, profesionales y bien educados, quienes harían una gran contribución a nuestro desarrollo, como recientemente lo han hecho cubanos, venezolanos y españoles.
Quedé anonadado cuando leí en nuestra prensa, hace unos meses, que el entonces Director General de Migración, José Ricardo Taveras, perteneciente a la Fuerza Nacional Progresista (FNP) anunció que deportaría a varios sirios que habían llegado al país buscando refugio, porque pretendían quedarse en el país.

4. Por razones políticas. Hoy día en que el tema migratorio haitiano y la sentencia de nuestro Tribunal Constitucional han resultado en amplias críticas hacia nuestro país por parte del ACNUR, grupos religiosos, periódicos, revistas, intelectuales, centros de pensamiento y hasta los gobiernos de Caricom y el Departamento de Estado, entre otros, ayudaría mucho a nuestra política externa y a nuestra imagen del país ese gesto de auspiciar la llegada de refugiados sirios, debidamente documentados con permisos de entrada y de residencia. Hasta podría resultar ser que si la recepción en Europa es muy exitosa, pocos se interesarían en llegar a nuestro país, en cuyo caso con el simple gesto se habrían logrado las ventajas políticas. El argumento de que entre ellos pueden existir terroristas, es fácilmente refutable. Recordemos que hasta Estados Unidos los va a recibir.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas