Deber ineludible

Deber ineludible

Un ambiente de controversias amenaza con frustrar el interés del Gobierno y las expectativas de la población porque el Seguro Familiar de Salud sea un hecho a partir del día primero de junio de este año.

Las clínicas privadas y los médicos, dos de los actores con papeles protagónicos en la prestación de este servicio, se han retirado y dicen que no atenderán a ningún afiliado del régimen contributivo.

Los médicos, en particular, insisten en que bajo las condiciones propuestas por el Gobierno, y esto incluye sus honorarios, el SFS sería un fracaso y los servicios de salud bajo esa modalidad serían de baja calidad.

En este aspecto no debería haber una cerrazón de las partes y nos parece que es perfectamente factible establecer, por medio de auditores y analistas de costos, cuál sería el tope idóneo para los honorarios médicos.

Una cosa debe quedar clara. En nuestro país hemos sufrido de pagar muy mal los servicios y ahí están los ejemplos de los maestros, los policías y militares y, por supuesto, los médicos.

Hay que quebrar desde ya esa norma de subestimar el valor de la prestación de servicios tan importantes como el de la salud o la enseñanza, y para lograrlo hay que empezar a pensar en pagar salarios y honorarios dignos, y esto incluye la temática de los servicios a través del SFS que, dicho sea de paso, jamás deberían ser de menos calidad que los que se han estado prestando fuera del marco de la seguridad social.

– II –

Pero hay que considerar también que la aplicación del SFS es asunto de compromiso, no exclusivamente del Gobierno en cuanto a su interés por darle vigencia desde el primero de junio, sino porque el país no debe continuar por más tiempo bajo el obsoleto esquema de seguridad social servido a través del Instituto Dominicano de Seguros Sociales.

En ese sentido cabe pedir que las partes, sobre todo Gobierno, médicos y clínicas, consideren ese factor y, en vez de cerrazón, que haya una fuerte y firme disposición de arribar a soluciones sin que ello implique la posposición de la entrada en vigencia del seguro familiar.

Algunos sectores han propuesto, y el Presidente Leonel Fernández ha respaldado esa idea, que el seguro familiar sea aplicado gradualmente para ir corrigiendo sus fallas y debilidades sobre la marcha.

Esa es una posibilidad que deben barajar los sectores en contradicción para eliminar de entre los instrumentos de negociación las exclusiones o retiros que amenazan con frustrar el seguro familiar.

Invitamos a los médicos y las clínicas a reconsiderar su posición de abstenerse de prestar los servicios estipulados por el SFS, y al Gobierno a sopesar con más flexibilidad su cerrazón en cuanto al monto de los honorarios médicos.

No sería justo que los médicos estén mal pagados, que los trabajadores y sus familias sigan mal atendidos y que la vigencia del SFS se aleje más en el tiempo. El deber ineludible es facilitar su implementación y continuar dialogando hasta armonizar intereses.

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