Debió llegar muchísimo antes

Debió llegar muchísimo antes

Por encima de cualquier razonamiento en contra, la inversión de un 4% del PIB en educación debió hacerse muchísimo antes, para que el país pudiera impulsar mejores y más actualizados programas de capacitación de docentes. Era necesario que así fuera para trabajar de común acuerdo con las universidades, de manera que, en materia de educación, la currícula se correspondiera con las necesidades de nuestro sistema de enseñanza.

El hecho de que el 59% de los maestros postulantes para posiciones en la enseñanza pública no lograron superar las pruebas de razonamiento lógico y competencia, revela mucho de lo que falta por hacer en esta materia. Las autoridades atribuyen el pésimo desempeño de los maestros a que están atrasados en tecnología y a que los planes de estudio docente de las universidades no responde a las necesidades del sistema educativo.

Con estos resultados a mano, lo que corresponde hacer es poner mayor énfasis en la capacitación y actualización de los maestros, como forma de mejorar sus conocimientos y ponerlos en aptitud de dominar los últimos adelantos científicos. En la medida que apliquemos este énfasis, contribuiremos a garantizar la formación adecuada de nuestros estudiantes, que serán los técnicos y profesionales que impulsarán el progreso económico y social del país.

Freno a esas agresiones

Las agresiones contra médicos en las salas de emergencia de los hospitales son actos salvajes que las autoridades deben impedir a toda costa. Esta violencia la protagonizan frecuentemente familiares y allegados de personas lesionadas, con el objetivo de forzar la rápida atención del herido, generalmente en perjuicio de personas que ya estaban siendo atendidas. La abundancia de casos de este tipo ha alarmado tanto a los médicos, que han amenazado con paralizar sus labores en demanda de protección.

Las autoridades están en el deber de controlar rigurosamente el acceso a las salas de emergencia de personas ajenas a los quehaceres hospitalarios. El acceso de terceros solo debería ser permitido en caso de ineludible necesidad. El médico tiene que sentirse protegido para hacer lo que le corresponde, sin más presiones que las que se deriven de la gravedad del paciente.

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