¿Decadencia?

¿Decadencia?

Los partidos políticos tradicionales, que durante mucho tiempo han sido sopor te para la democracia, parecen sometidos en estos tiempos a muy severos cuestionamientos.

En los pueblos latinoamericanos se ha puesto de manifiesto, mediante el instrumento del voto, una tendencia que debe interpretarse como un real cuestionamiento.

La última expresión de esta naturaleza acaba de producirse en Bolivia, donde el candidato Evo Morales, impulsado por un grupo no tradicional denominado Movimiento al Socialismo, acaba de obtener una victoria aplastante frente a sus más decididos adversarios.

Ya antes esta tendencia se ha manifestado en Uruguay, Argentina, Venezuela y Brasil y todos los indicios apuntan a que está por darse también en Nicaragua.

-II-

Los líderes de los partidos políticos tradicionales deberían tomar muy en serio la expresión actual de los pueblos que en otros tiempos cerraban filas para seguirlos y auparlos en los procesos electorales.

Por mucho tiempo la fidelidad de estos pueblos hacia sus liderazgos se estuvo alimentando de la esperanza de que las soluciones prometidas en las campañas electorales fueran materializadas una vez tomado el poder.

En el escenario mayormente paupérrimo de Latinoamérica la frustración de los pueblos se ha reiterado y reafirmado como resultado de la reincidencia de los políticos en la mentira, el incumplimiento, la falsedad y la corrupción, que son conductas siempre perjudiciales para las mayorías.

No hay que ahondar mucho en la historia para caer en la cuenta de que tanto se ha repetido la escena, que los pueblos ya la conocen de memoria y la desprecian.

-III-

De todo ese historial deviene el surgimiento de estas fórmulas políticas a veces extrañas, carentes de ideología, con bases programáticas poco sustanciadas, pero constituidas en el lenguaje que hablan los pueblos y basadas en las necesidades de sus gentes.

En el caso más reciente, Evo Morales se convirtió en el portavoz y líder de la causa de los indígenas, de los cultivadores de coca. Canalizó e hizo valer la voz de estos campesinos como nunca jamás la hicieron valer los partidos tradicionales y el resultado ha sido una votación masiva en su favor.

Por los resultados de estas elecciones y otras similares se puede deducir que los pueblos han estado encontrando en estas fórmulas no tradicionales las soluciones o aparentes soluciones que no encuentran en los partidos tradicionales.

Los grupos políticos deben poner en sus agendas estos cambios que cuestionan su capacidad para representar a los pueblos. Deben hacerlo con premura, porque en Latinoamérica los pueblos parecen estar sacando de agenda a las organizaciones tradicionales.

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