Zamboanga. Filipinas. EFE. Al menos 21 personas fueron decapitadas ayer en el sur de Filipinas en una matanza desencadenada por una disputa política entre los clanes de un gobernador y el rival que quiere disputarle el puesto en las próximas elecciones.
La amenaza de que la matanza desate una espiral de venganzas llevó al Gobierno a declarar el estado de excepción en la provincia de Maguindanao por el mayor acto de violencia sin sentido en los últimos tiempos, según lo calificó el asesor presidencial Jesús Dureza.
A media mañana, unos cien hombres armados secuestraron de treinta a cincuenta personas -entre ellas abogados de derechos humanos y a una decena de periodistas- que acudían a la oficina regional de la Comisión Electoral a presentar la candidatura a gobernador de Ibrahim Mangudadatu.