Decepcionante confesión

Decepcionante confesión

Aunque es  inocultable que la Policía Nacional  tiene muchos defectos y que algunas de sus actuaciones son indefendibles, venir a atribuirle ahora incapacidad en el manejo de las técnicas policiales y la culpa de un alza del 3,4% en la tasa de criminalidad, más que una imputación es una confesión decepcionante de parte del secretario de Interior y Policía, doctor Franklin Almeyda Rancier.

La Policía Nacional es un cuerpo civil armado adscrito a  la Secretaría de Interior y Policía. Como carece de autonomía, no está en condiciones de producir sus propios cambios y debe acogerse a las pautas jerárquicas. Si sus métodos de manejo de procedimientos andan descaminados, la superioridad a la que obedece debería cargar una parte importante de la responsabilidad, incluyendo la del aumento de la tasa de criminalidad.

Por alguna causa, externa o interna, no se han producido en la Policía Nacional los cambios cualitativos que han debido producirse desde que los anunciara el propio doctor Almeyda hasta nuestros días. No parece que la respuesta correspondiente a esta situación sea responsabilizar a la propia Policía de sus inocultables flaquezas. Más que una confesión decepcionante, el  país necesita levantar los niveles de seguridad ciudadana y bajar la tasa de criminalidad.

El dengue nos tuerce el brazo

La epidemia de dengue tiene a los niños como víctimas predilectas. Tanta ha sido esta vez la incidencia de la enfermedad, que el número de casos ha puesto en dificultades a centros asistenciales como  el Hospital Infantil Robert Reid Cabral. Cada día aparecen nuevos casos de contagio y la epidemia parece estar en etapa de apogeo,  más que de declinación. Sin duda, el sistema sanitario ha sido puesto a una prueba más desafiante y letal que la de la persistente gripe A H1N1.

A las autoridades no les gusta, pero hay que decirles que esta situación es el fruto de un descuido sanitario. Se ha actuado, según parece, pensando en que se presentaría este año un número de casos de dengue clásico similar al de otros años, pero no se le dio seguimiento a la evolución del brote inicial. El resultado ha sido un alarmante número de casos de dengue hemorrágico y de muertos por esa causa. Sin duda el dengue nos ha torcido el brazo.

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