Hasta el momento actual, conforme he insistido en varias ocasiones, la corrupción no ha resultado el pivote eficaz para derrocar o sustituir gobiernos en RD, empero, las denuncias reiterativas de casos de corrupción que se airean en los medios de comunicación, convidan a reflexionar en la posibilidad de que el gobierno del presidente Danilo Medina y con él la dinastía del PLD en el poder, podrían culminar.

La tanda de denuncias conectadas con la corrupción es una especie de rosario que incluyen la Conferencia del Episcopado Dominicano, que en su más reciente documento precisó que la corrupción registra niveles impredecibles, y esa palabra contiene todos los efectos nocivos posibles de dilucidar «en la mesa» del escenario político, viciado de irregularidades y apañado por un Poder Judicial como siempre, súcubo del mandón de turno. Alusivo al candente tema se han pronunciado el embajador de Estados Unidos, James Brewster, y se sabe que las ponencias de un embajador son el ventrílocuo de su mandante, en este caso, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

El día diez el presente mes, diarios criollos insertaron un despacho noticioso de prensa español EFE, fechado en Madrid, denunciando que el senador Félix Bautista (PLD-SJM), aparece en una lista infame entre los 15 individuos más corruptos del mundo, con un salario de US$1,245.20, dispone de proyectos de obras públicas por US$140 millones, posee 35 empresas y 150 propiedades, sin que esa fortuna sea posible justificarla, recordando que cuando el presidente Leonel Fernández inició su administración primera (2004-08), Bautista era un desarrapado. Cuando el Procurador General Francisco Domínguez Brito intentó clarificar el caso del senador Bautista, la Suprema Corte de Justicia que preside el magistrado Mariano Germán, dictaminó un no ha lugar, pese al fardo de pruebas que ameritaban un proceso para que el senador explicara la forma como hizo una fortuna impresionante.