El flamante primer ministro británico Rishi Sunak adelantó que tomará “decisiones difíciles”, haciendo recordar a Churchill cuando asumió el Gobierno inglés tras sustituir a Neville Chamberlain en 1940 prometiendo “esfuerzo y sudor”
Algo similar deberíamos enarbolar para conveniencia de nuestra ciudadanía y del propio presidente Abinader, cuyas huestes están enfrascadas en reelección.
Si bien el oficialismo divulga triunfalismo arrollador, no deben olvidar lo citado por Che Guevara en discurso ante la NNUU en 1964: “no hay enemigos pequeños ni fuerza desdeñable”.
No valen para reelegirse costosas campañas mediáticas ni manifestaciones nutridas por profesionales del transfuguismo y clientelismo cultivados con gastos desalentadores del esfuerzo sudoroso. La derrota PLDista en 2020, lo demostró nuevamente.
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Los recursos para un Gobierno reelegirse son sus realizaciones y ejecutorias.
A falta de una encuesta seria que las valore y guiados por opiniones ciudadanas expresadas en medios, existen preocupaciones al respecto.
Como la corrupción, cuyas sanciones se diluyen en tortuosidades procedimentales, ahora abonada con nuevo ministerio; delincuencia, cuyo combate está resultando vano a pesar de tantas reformas policiales anunciadas; créese que problemas se resuelven anunciando nuevos gastos, no mejorando administración y calidad; déficits y endeudamientos continúan a pesar que CREES nos ha concienciado que cada dominicano está endeudado en US$5000; el complicado sistema tributario sigue empujando informalidad laboral a niveles más altos que nunca; solo se combate inflación por vía monetaria, ignorando y agravando la endémica al no alentarse producción frente a demanda alentada mediante gastos inhibidores de esfuerzos y sudores; observase permisividad ante depredación ambiental y desorden territorial; soluciones fronterizas no han disminuido inmigración; comercialización de combustibles sigue con misma fórmula ignorando competencia, ahora agravado con subsidios; déficits eléctricos, de servicios y financieros, se agravan por mayores pérdidas y gastos; seguridad social es cuestionada en sus servicios y administración financiera ante pasividad de autoridades; concertación social estancada en el CES antes del año electoral e integridad al gobernar se detiene en las puertas del despacho presidencial.
Resulta imprescindible tomar decisiones difíciles sobre estos aspectos para garantizar reelección.