Hoy 
POR ELIAS RUIZ MATUK
Más de 20,000 proyectiles para fusiles Fal y M-16, siete escopetas calibre doce milímetros, una pistola calibre 45 y un revólver calibre 38, que tenían como destino Haití, fueron incautados por el Ejército Nacional en la comunidad de El Limón, Jimaní, considerado el trasiego más grande de armas de fuego descubierto en los últimos meses.
El vocero oficial del Ejército Nacional, coronel Rafael Emilio Luna Pichirilo, en conferencia de prensa ofrecida en la División de Inteligencia (G-2), dijo que las armas y proyectiles se encuentran incautados en este lugar.
Manifestó que por el hecho fue apresado César Díaz Silverio, quien viajaba en un minibús que alegó fue contratado por un haitiano, con quien acordó el pago de RD$4,000 para el transporte de las armas y municiones hacia Haití.
Los proyectiles 5.56 milímetros, para los fusiles M-16 y 7.62 milímetros para Fal son marca Full Metal Jacket y «PMC» de la compañía Winchester de los Estados Unidos. Los fusiles M-16 y Fal son solo utilizados por cuerpos armados.
Luna Pichirilo aclaró que «al Ejército Nacional no se le ha desaparecido ningún tipo de municiones», tras afirmar que ese organismo mantiene una auditoría diaria de sus municiones y armas.
Mostró la cantidad de municiones y armas, las cuales son nuevas y expresó que la División de Inteligencia se encargará de investigar, tanto la procedencia como el destino de las mismas.
LA INCAUTACIÓN
Las armas y municiones fueron incautadas en el puesto de chequeo «El Río, en el puesto de El Limón.
Díaz Silverio, quien viajaba en el minibús Hyundai, blanco, con las municiones y armas transportaba 9,980 cápsulas de 5.6 milímetros y 9,996, calibre 7.62, así como 750 cartuchos calibre doce.
Díaz Silverio viajaba con un niño, presumiblemente para no levantar sospechas del cargamento, a quien las autoridades del Decimosexto Batallón de Infantería de Duvergé entregaron a su madre, Carmen Lilian Pérez Díaz.
Luna Pichirilo dijo que el jefe del Ejército Nacional, mayor general José Ricardo Estrella Fernández, ordenó a los comandantes de las Tercera, Cuarta y Quinta Brigadas de Infantería, que tienen incidencia en la zona fronteriza, a fin de que «no escatimen esfuerzos» en la incautación de cualquier tipo de trasiego.
