Las flores secas dan un toque natural a la casa y aportan alegría, calidez, colorido. Además, se pueden crear infinidad de atractivas composiciones muy decorativas: centros de mesa, cuadros con flores, decoración de objetos (de madera, cristal, latón, velas), saquitos con flores aromáticas para perfumar los armarios o un popurrí para aromatizar el ambiente.

Básicamente se pueden clasificar los arreglos florales en dos tipos: por un lado están los  más tradicionales o clásicos y, por otro, los que siguen las tendencias más informales o novedosas. Algunas de las creaciones asimétricas más bellas que están de actualidad parten del “ikebana” (técnica floral japonesa).

Los diseños más formales son aquellos que cuentan con apenas un par de especies, e incluso, un solo tipo de flor. La mayoría de las veces, el tipo de flor inspira claramente la clase de diseño que hay que seguir.

Variedad.  La gran ventaja de las flores secas es que pueden durar mucho tiempo. Las flores secas también son conocidas como prensadas, aunque el nombre que se le adjudica a éstas últimas tiene un sentido más técnico por el mecanismo usado para ‘secar’ las plantas.

Los tres elementos que intervienen en el éxito y estilo de un arreglo con flores secas son el color, forma y textura.

Antes de comenzar decides si prefieres un arreglo multicolor o trabajar con flores monocromáticas. Puedes utilizar la disposición de las flores para resaltar la tonalidad de las cortinas, alfombras y otros complementos.

La variedad en la textura se consigue mezclando flores con semillas o corteza, o bien combinando flores delicadas con ramilletes más densos. Cuando te propongas hacer un arreglo debes tomarte el tiempo necesario, pues los materiales son delicados y muchos de ellos pueden romperse.

Herramientas.  Se preparan ramos con flores agrupadas en decenas y sujetadas por una banda elástica en los tallos. Con un hilo se cuelgan en un cordel, de forma tal que las flores terminen ‘mirando’ al suelo. El lugar de secado debe ser oscuro, es decir, no debe entrar luz de ningún tipo. El aire puede ayudar al secado si es que éste no es húmedo.

Tiempo de secado. Lo recomendable es esperar tres semanas aproximadamente, sin embargo, el principal ‘síntoma’ de que una flor ha sido secada es cuando se mantiene rígida. Éste método de secado es totalmente natural, también se puede utilizar elementos químicos pero estos implican otro proceso más profesional.

Secado al aire. Es el sistema más sencillo y tradicional. Sólo tienes que colgar las flores en ramilletes poco atados, en una habitación seca y bien ventilada lejos de la luz directa, y dejarlas.

Siguiente paso.  Retira las hojas que no quieras, porque pueden alargar el tiempo de secado. También intenta distribuir las flores de modo que las cabezas no estén demasiado juntas para que el aire pueda circular libremente. Las hierbas y los tallos de cereales deben secarse horizontalmente.

Las mejores flores.  Casi todas las flores pueden secarse de esta forma. Prueba con aquileas, amarantos, claveles, orquídeas y rosas. Si puedes conseguir tallos de trigo y cebada, sécalos para dar más altura y textura al arreglo.

A todo color.  Las flores secas se le puede dar color   utilizando algunos spray, tinte o acuarelas diluidas en agua en la que se introduce la flor, o laca, de venta en tiendas de manualidades.

Incluso este proceso se le puede hacer antes del secado de los pétalos.

Las Claves

1.  En el centro de mesa
La ornamentación con flores secas es una decoración que nunca pasa de moda. Además, te sirven tanto para poner en un centro de mesa como para decorar algún mueble de centro o lateral.
2.  Fuente
Otra opción es deshojar una planta, secar sus pétalos y después meterlos en un cuenco.