Decorados en los portales de edificios coloniales

Decorados en los portales de edificios coloniales

POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
El templo de Las Mercedes, situado en la calle del mismo nombre, tiene unida a la fachada principal la capilla de la Soledad, la cual forma un ángulo recto con la estructura.

Es un edificio de planta rectangular, con piedras empañetadas de mampostería, en cuya fachada se aprecia un curioso pórtico enmarcado en la misma piedra, donde hay cortos bloques laterales con bordes curvados, los cuales son rectos en la superficie interna.

Sin embargo, antes de llegar al tope, en cada uno de los laterales se aprecia un bloque saliente ahuecado entre un espacio hondo horizontal, pero más arriba le sobresale una doble moldura, que es donde termina el marco, la cual está coronada por una curiosa hornacina.

Ésta la forman dos piezas verticales inclinadas, las cuales soportan un arco cuyo medio tiene el relieve en piedra de la Cruz de la Soledad, y colgando del travesaño se aprecia la sábana con que fue envuelto el cuerpo exhausto de Jesucristo al bajarlo de la cruz.

El portal tiene a cada lado un corpulento contrafuerte de piedra empañetada, con un grosor de metro y medio de ancho, cuyo tope inclinado en cada uno, lo cubren ladrillos con un caño en el medio. Refuerzo que desde cada lateral parte el agregado de una ancha y gruesa curva formada con ladrillos transversales y otros rectos en la superficie interna.

Otro hermoso portal isabelino adornado es el existente en la entrada de la fachada oeste del Alcázar de Diego Colón.

Este tiene un arco carpanel de piedra tallada, perfilado en el mismo muro, cuyos lados tienen bordes labrados con cortas molduras, los cuales antes de iniciarse la curva, presentan el tope de una estrecha columna gótica. Está enmarcado en un rectángulo ahuecado de paneles decorados con enredaderas, hojas de acanto, entre tallos y otras hojas estilizadas.

Este marco encierra una moldura, formando un grueso cable que lateralmente se enrolla y continúa enlazándose hasta que en el medio se envuelve ovalado.

Asímismo, el Hostal Nicolás de Ovando, situado en la calle Las Damas, es la única casa colonial de piedra cuyo portón no está enmarcado debido a que se abre en la misma pared.

Ésta tiene en el remate un hueco rectangular con el medio curvo, el cual encierra una linda decoración gótica, única en América, compuesta por un par de molduras curvas laterales, cuyas uniones abajo tienen un adorno grueso que al llegar al tope se inicia formando un vértice con un trébol. Además, hay otros arcos dobles en los lados, los cuales en su unión forman un labrado de adornos bordados.

Este acceso, a partir de su remate a los lados, tiene una gruesa moldura compacta que comienza con un grueso bloque curvado que debajo tiene bloquecitos en altorrelieve con ondulaciones. Éstas, de ambos lados, forman un ángulo recto, los cuales también lateralmente se unen a otra vertical que definitivamente se enlaza en el tope con otra gruesa moldura horizontal formando un cerco cuadrado, los cuales debajo paralelamente tienen otra moldura más estrecha con la misma formación.

Igualmente, en la capilla de la Tercera Orden, situada al lado del Convento de los Domínicos, hay un portal con pilastras de ladrillos que forman cuadros y rectángulos rehundidos, el cual remata con triples molduras, en cuyo medio, encajada en una piedra, se encuentra la pequeña cabeza de un ángel labrada en mármol blanco.

En cambio, la entrada principal tiene un arco mixtilíneo, formado por ladrillos colocados en la parte superior transversalmente, en cuyo medio hay en relieve un óvalo de borde ondeado con el escudo de la Orden de Predicadores y la cruz flordelisada, que debajo tiene la fecha de 1729, la cual se cree fue el año en que se construyó la parroquia.

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