El amarillo es uno de esos tonos olvidados en la decoración y que generalmente sólo se utiliza como complemento. Este color tiene la capacidad de mejorar cualquier espacio pues puede dar sensación de amplitud y luminosidad.

Pensar en decorar en amarillo no significa que vamos a poner la casa como un pollito, es utilizar la gama de colores que pertenecen a la paleta de los amarillos y con ella usar combinaciones.

El amarillo es también ese color que puede transferir felicidad y alegría, por lo que es ideal para las áreas sociales de la casa o los balcones y terrazas. Si tienes un espacio donde no hay luz natural lo más recomendable es pintar las paredes con este color lo cual hará lucir mucho más ordenado fresco y limpio.

Si por ejemplo optas por paredes amarillas, puedes usar un tono medio para los sofás y el resto del mobiliario y combinar con cojines floreros y lámparas y otros accesorios en tonos más oscuros para hacer una linda composición.

El color amarillo también es conocido porque incita a comer, por lo que es un excelente tono a la hora de decorar la cocina creando así un ambiente mucho más moderno y actual. Igualmente si tienes un espacio en casa para trabajar, los tonos amarillos combinados con los anaranjados son colores que incitan a la creatividad por lo que son muy usado en espacios de trabajo.

Va muy bien con los grises, blancos y azul turquesa y con la combinación de azul marino y blanco que está en tendencia. En los dormitorios infantiles donde hay sexos compartidos también el amarillo es una idea genial y para los más grandecitos que ya no quieren el rosa o el azul.

Siempre que se usen colores fuertes recomiendo no recargar mucho para no cansarnos, más bien es integrarlos y combinarlos con lo que ya tenemos o vamos a adquirir.