Decorando los recuerdos

 

<p>Decorando los recuerdos</p><p> </p>

Es una costumbre popular enmarcar fotografías y exhibirlas en la sala, en el recibidor, en el estudio, en las habitaciones e incluso en la oficina. Los portarretratos otorgan un toque especial a la decoración y por tanto, hay que sacarles buen partido.

El objeto más íntimo del hogar es el portarretratos. Contiene datos personales, que revelan información sobre los habitantes de cada hogar, la familia, los amigos, las aficiones. La fotografía nos brinda la posibilidad de atesorar recuerdos que decoran nuestras viviendas.

El hogar es una radiografía de la familia, o de la persona que lo habita. Sus gustos, y forma de vida están retratados en cada rincón, en los colores que impregnan los espacios, en el estilo del mobiliario, en el tipo de adornos que decoran las estancias. Cada objeto es un detalle revelador, una pista. El portarretratos es sin duda alguna el objeto más íntimo, que contiene todo un mundo de emociones y recuerdos.

Una galería íntima
Los portarretratos llaman la atención ya que son una ventana abierta al mundo del anfitrión: ¿Cuál es el aspecto de su familia?, ¿tiene hermanos?, ¿cuántos son solteros y cuantos casados?, ¿conserva fotos de su ex novia?, ¿ha viajado?, ¿cuáles son sus aficiones?, ¿su pasado? Esta información se revela a través de las fotografías que cuelgan o descansan en los portarretratos.

Es una costumbre popular enmarcar fotografías y exhibirlas en el salón, en el recibidor, en el estudio, en las habitaciones e incluso en la oficina. Los portarretratos otorgan un toque especial a la decoración y por tanto, hay que sacarles buen partido.

Hay una gran variedad de formas y de tamaños de marcos, que nos invitan a adornar momentos inolvidables, de acuerdo con el estilo que mejor se ajuste a nuestros gustos y al tono de cada imagen.

Para acertar con un portarretratos de forma en que cumpla su función ornamental, y armonice con la decoración de un espacio, hay que tener en cuenta algunos aspectos.

Proceso de selección
Por un lado, hay que seleccionar las fotografías, siempre hay unas mejores que otras y se debe intentar escoger aquellas que merecen ser expuestas ya sea por su calidad artística, por su valor emocional, o por que son motivo de orgullo y muestran algo que queremos compartir con nuestros allegados.

También es importante decidir en que lugar reposarán los portarretratos. El salón es uno de los espacios preferidos para colocarlos. Allí se destinan principalmente, las fotos de los familiares, las imágenes de eventos inolvidables, como la de una boda, un bautizo o un viaje, y las fotografías que nos llenan de orgullo, como los retratos junto a personalidades dignas de admiración.

Por tanto, es importante cuidar la selección de las fotos y de los marcos. En primer lugar, hay que buscar fotografías que enseñen la cara más favorable de nuestros familiares y amigos. Y luego, encontrar un portarretratos especial.

La tendencia en moda y decoración, le otorga una mayor importancia al valor del objeto en sí, que al cuidado del estilo reinante. Una pieza bonita, independientemente de su forma o estilo, luce bien en cualquier esquina, incluso se aplauden los contrastes de estilos y formas, la combinación de lo rústico, clásico y moderno.

A la hora de elegir un marco con la intención de incorporarlo a la decoración de un ambiente, hay que buscar un objeto que nos diga algo, que nos guste especialmente.

Afortunadamente hay de donde escoger, y como sucede con todos los muebles y objetos de decoración, existe una destacada variedad de portarretratos, que van desde el clásico marco de plata, el de madera labrada, los de cuero y gamuza y los marcos sintéticos.

Asimismo, el color deja de ser un limitante, ya que actualmente las tiendas de decoración ofrecen marcos de todos los colores. Predominan los cromatizados y los colores fuertes como el verde pistacho y el fucsia, que marcan esta temporada.

Hay diversas formas de exhibir y colocar los portarretratos. Se pueden agrupar varios marcos de diferentes tamaños y estilos en una mesa, repisa u otras superficies horizontales.

El salón es el lugar idóneo para crear un rincón luminoso donde destaquen los marcos y fotografías más solemnes, más llamativas. En el caso de contar con una biblioteca o estantería, los portarretratos pueden ubicarse junto a los libros y otros objetos ornamentales, resaltando aquellos ejemplares u objetos a los que queremos dar un protagonismo especial.

Otra opción muy acertada consiste en colgar los distintos portarretratos en una pared, cubriendo toda la superficie. No se trata de pegar fotos en la pared, sino de vestir una superficie con una muestra especial de marcos y fotografías bellas. Una galería íntima.

Colocar los momentos agradables de la vida en las paredes del hogar las hace lucir más bonitas y brindan alegría y bienestar. Esta idea es genial para aplicarla en un estudio o en una habitación, donde se pueden exhibir todo tipo de imágenes y retratos desenfadados y divertidos, acompañándolos de un marco digno de admiración y que sea acorde con el humor de cada imagen. EFE/Reportajes.

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