El estilo rústico se reinventa, se aleja cada vez más de estar confinado solo a terrazas y patios y pasa a los interiores, incluso a los más chic. Es un estilo muy buscado pues su esencia nos conecta con la naturaleza, con la tranquilidad y la calidez, por lo que hoy lo vemos creciendo y ocupando hasta baños y cocinas.
Los tonos neutros, claros y tranquilos, abundan en esta atmósfera de calma natural. Las telas frescas de algodón o lino sin brillo, juegan con cremas y estampados florales en tapizados y cortinas.
En los interiores de más tendencia se observa mucho ratán, mimbre y madera, sobre todo vemos el resurgir del ratán, con un papel casi protagónico en sillas de comedor combinado con metales y en butacas de lujosas salas.
Los complementos desgastados siguen llevándose, solo que en la actualidad se crean interesantes combinaciones con piezas modernas; podemos ver mimbre y “rose gold” o muebles en madera tapizados con telas de vibrantes colores.
Las combinaciones de sofás actuales con butacas en ratán están en los escaparates de tiendas y páginas de diseño. Las alfombras no pierden lugar en este estilo, pues las de yute gastado con colores y texturas ayudan a dar terminación a las estancias.
Entre las piezas decorativas están las cotorras, los pájaros, ya sea en cerámica blanca o en colores, y también destacan en dorado. Palmas y plantas en los tejidos y en maceteros, además de las canastas en distintos tamaños.
No te olvides de usar la creatividad y mezclar espejos, lámparas en cristal, en fin, acabados pulidos y rústicos que priman en este estilo tan acogedor como actual.