Además del árbol de Navidad, esta época trae a la decoración las coronas y guirnaldas, que pueden venir como complemento a los elementos que vamos a colocar o convertirse en los adornos principales.
Las coronas son normalmente colocadas en la puerta de entrada, dando la primera impresión de lo que es nuestra decoración navideña. Las ideas son interminables, pues pueden seguir el estilo que lleva la casa en el interior o ser completamente diferentes.
Si tiene puertas de doble hoja podría colocar dos. Las coronas más usadas son las que presentan elementos de la naturaleza, hojas como las de pino y laurel y ramas y flores. Se pueden incorporar toques de “berries” o la piña del pino. Hay quienes las prefieren más rústicas y naturales, con los verdes y marrones de la naturaleza, o en las que se vea el material tipo árbol.
Lleva tus coronas a recibidores y repisas para un “look” diferente a este elemento tradicional; según el tamaño las puedes colocar en espejos como en el del baño para visitas, dando un toque inesperado a tus invitados.
Las coronas son ideales para involucrar a los niños. Ellos pueden rellenarlas con bolas de colores, pompones y borlas, actividad que les dará horas de entretenimiento y lindos recuerdos, y de paso le restas atención a ir a desbaratar el arbolito.
Con las guirnaldas, la idea es básicamente igual a las coronas, el estilo va a depender de lo que quieras lograr al lucirlas. Puedes agregar cintas y bolas para unas más coloridas, e incluso luces navideñas. Son muy usadas en los pasamanos de las escaleras, bordeando el marco de las puertas y en las ventanas.
Este año, tanto las coronas como las guirnaldas van bien en estilos monocromáticos, con varios elementos, pero en los mismos tonos. Esto permite dar un toque elegante y sofisticado. Si usas tanto árbol como guirnalda en un mismo espacio, ten cuidado con los elementos que utilices para que una pieza no le reste protagonismo a otra. Se me ocurre que si tu árbol ya es cargado, la guirnalda puede llevar solo luces y así guardas la armonía.