Decretos perjudican industria gráfica y de empaques

Decretos perjudican industria gráfica y de empaques

La aplicación de los decretos 1078-03 y 1079-03, tal como fueron redactados, será muy perjudicial para la industria gráfica y productora de empaques, advirtió el empresario Ramón P. Báez, directivo de la Asociación Dominicana de Industrias Gráficas y Afines.

En una carta dirigida al editor económico de Hoy, Báez afirmó que esos decretos desincentivan la producción tanto de libros y revistas como de empaques para medicinas, con la consecuente pérdida de empleos y aportes al fisco.

[b]A continuación el texto de la carta de Ramón P. Báez:[/b]

«Deseo felicitarlo por los dos artículos principales de su sección económica del 27 de Noviembre. Ambos artículos reflejan de manera separada la realidad que estamos viviendo los pequeños y medianos industriales así como los dedicados al comercio y a la

importación de productos tanto terminados como de materias primas e insumos industriales.

Como directivo de la Asociación Dominicana de Industrias Gráficas y Afines, Inc., gremio que agrupa un numero significativo del sector industrial gráfico de la República dominicana y como importador de insumos para la industria gráfica he visto con

extrañeza la promulgación de dos decretos que nos afectan directamente, el 1078 03 y el 1079 03.

Por su redacción, , ambos colocan a la industria gráfica y editorial local en posición de desventaja, si los estamos interpretando correctamente. De lo contrario solicitamos que

se nos aclare el efecto de ambos. En el caso de los empaques de medicinas, los insumos ya estaban en tasa 0 y los empaques son fabricados en su mayoría en el país por la industria gráfica local cuyos insumos también gozan de tasa 0, por lo que al exonerar los empaques terminados, se afecta a la industria gráfica nacional poniéndola en condición de igualdad a nivel

arancelario y desincentivando la producción nacional con sus sabidas consecuencias de perdida de empleo, impuestos, contribuciones fiscales, etc.

Si la intención es de liberar solamente el gravamen arancelario y el ITBIS, se pondría a la industria nacional a competir en iguales términos con la poderosa industria extranjera.

Si la intención es de eliminarle además de los gravámenes e ITBIS el nuevo impuesto de 2% y el Recargo Cambiario del 10%, entonces tendremos una desventaja contra el producto importado de un 12% y el efecto seria devastador para los productores de empaques, cajitas, cartones corrugados, etiquetas, posologías, etc.

Aun mas devastador para la industria gráfica y editorial local, es el decreto 1078 03, el cual libera de los requisitos exigidos por la ley 66 77 en su articulo 199 inciso b y artículo 203 párrafo I, que especifica muy claramente los incentivos fiscales y las exigencias de salvaguardia para importar material didáctico, libros e implementos para la educación pre universitaria con las exoneraciones correspondientes.

El decreto elimina los pocos impuestos y aranceles que tenían los libros y revistas, generalizando de manera tal, que un cuaderno de caligrafía y un libro de texto tendrán el mismo tratamiento arancelario que una revista de modas y una revista pornográfica. Se incurre nuevamente en el error de tratar las importaciones por su uso final y no por partidas especificas del arancel, como lo exige la OMC en la aplicación del GATT.

Vamos mas lejos, admitimos por decreto que como país, tenemos «barreras arancelarias que dificultan su distribución y comercialización a precios justos».

Esta práctica de otorgar tratamiento arancelario basado en el destino final de los productos se elimino en la ultima revisión del código tributario y el de dar tratamiento dependiendo del importador se elimino con la 14 93 luego de una magistral participación de nuestro sector y lideres políticos en el congreso acabando definitivamente con las distorsiones introducidas a nuestra industria gráfica por la famosa Ley 299 de sustitución de importaciones.

Si se volviera a la practica de que los insumos de libros, revistas, etc. fueran exonerados, volverían las grandes editoras, periódicos, revistas e industriales gráficos reales y fantasmas que surgieron o florecieron, años atrás, con el desvió de las materias primas importadas con estas tasas mas bajas y exoneraciones totales en detrimento de los pequeños y medianos industriales gráficos que no calificaban o disponían del capital

necesario para hacer importaciones directas y que tenían que depender de los importadores de materias primas e insumos que tenían que pagar las altas tasas de entonces; estas volverían a resurgir en sus practicas desleales.

La industria gráfica nacional, es una industria de apoyo y soporte a toda la producción industrial local, al comercio y al sistema educativo, conformando un componente importante del costo y precios finales de los productos de primerísima necesidad como

los alimentos, medicinas y textos escolares.

En los últimos 10 años se han establecido en el país grandes editoras internacionales, las cuales o han montado sus propios talleres de impresión de libros o han contratado localmente la producción con los impresores del país. Esto permitió la modernización de la industria editorial local y la ampliación de la capacidad instalada, la cual produce los libros de texto del sector publico y privado, en la cantidad, calidad y precios competitivos con las grandes editoras extranjeras a pesar de las dificultades de energía, devaluación, etc., que confrontan los industriales gráficos nacionales y de paso, ahorrando divisas al

país.

La implementación del recién promulgado decreto desmonta de un plumazo el poco nivel de protección que tenía la industria gráfica local, en un sector tan sensible como lo es la

producción editorial. Los libros para la educación ya estaban exonerados por la ley 66 97, no había necesidad de exonerarlos por decreto. Su alto costo no es por la aduana sino por

la divisa.

La desaparición de nuestra industria gráfica y editorial pondrá en apuros a los autores nacionales, los cuales no tendrán quienes les imprima un libro a ningún costo.

Lo único que queremos es igualdad, claridad y transparencia. Si se liberalizan las importaciones de libros y revistas de los impuestos y aranceles, entonces a todos los insumos que están claramente y específicamente enumerados en la ley 147 00, se les

deben aplicar las mismas exenciones. Que se elimine también el 2% y el 10% del recargo, para que en igualdad de condiciones la industria gráfica y editorial dominicana, siga viva y prestando sus servicios a la educación y a la industria nacional.

Que alguien nos aclare porque no comprendemos el fondo de los decretos».

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