POR MARÍA MERCEDES
Esa tierna y sincera sonrisa que siempre regala a sus seres queridos, iluminó aún más su rostro ese día. Sin duda, ella se sentía feliz de cumplir 80 años de vida en compañía de sus seres queridos.

Así, en una hermosa mañana dominical disfrutó una inolvidable fiesta de cumpleaños junto a sus hijos e hijas, nietos, biznietos y amigos, a quienes recibió con mucho la alegría que la caracteriza.

Amada y respetada por toda su familia, doña Dedé es una gran mujer dominicana, cuya historia de vida siempre estará marcada por ser la segunda hermana Mirabal que quedó viva, tras el asesinato de Patria, Minerva y María Teresa.

En los Jardines del Hotel El Embajador, donde fue celebrada la fiesta, se colocó un mural con el mensaje: «Mamá Dedé», en el que se recreaba una secuencia de imágenes fotográficas de diferentes episodios de la vida de esta mujer, que con notable éxito ha sido agricultora, comerciante y vendedora de seguros.

Doña Dedé Mirabal, con gran alegría recibió a sus hijos Nelson, Norys, Jaime Enrique, Jimmy, Minou, Jaime David, Manolo, Jacqueline y Raúl, a sus 26 nietos y varios biznietos.

También compartió con amistades de toda una vida, especialmente con personas y parientes oriundos de Ojo de Agua, Salcedo, lugar donde nació hace ocho décadas.

En el agasajo, Jimmy y Jaime Enrique dieron gracias a Dios por la existencia de su madre, quien supo educar muy bien a sus hijos y a sus sobrinos, los hijos de sus hermanas asesinadas durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo».

Mientras que monseñor Camilo destacó que conoció a Dedé desde los siete años, cuando fue a su casa a llevar una ropa que había cosido su madre. «Recuerdo que al regresar a mi casa le dije a mi madre que Dedé me había recibido como una persona grande, pues me brindó dulce en bandeja y jugo».

En ese ambiente tan especial, los invitados disfrutaron de las canciones del sexteto de Leo Suverbí.