El “Arboretum de la Hispaniola” es un área de observación de plantas nativas y endémicas de la isla cuya finalidad es promover y concientizar a los dominicanos sobre la importancia de conservar nuestra flora.

Este lugar, localizado en el Parque Mirador Sur en la avenida Anacaona esquina Guacanagarix y contiguo a la pista de skateboard, será dedicado hoy, que es el “Día Internacional de la Diversidad Biológica”, a los eminentes naturalistas Eugenio de Jesús Marcano (QEPD) y el padre Julio Cicero

El reconocimiento se realiza a ambos naturalistas por sus significantes aportes al conocimiento de la flora y la fauna de nuestra isla y su contribución a la formación de generaciones de profesionales vinculados a las ciencias biológicas.

La actividad es organizada por un grupo de profesionales de diferentes áreas del saber, preparados en las áreas de Ecología y Medio Ambiente y agrupados bajo el nombre de Grupo de Profesionales en Ecología y Medio Ambiente (GEMA).

Un grupo sin fines de lucro y cuya visión es la promoción

del aprovechamiento, conservación y defensa del medio ambiente de una manera sostenible.

El programa de la actividad incluye una conferencia sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad dominicana a cargo del doctor Ramón Ovidio Sánchez, semblanzas sobre los profesores Eugenio de Jesús Marcano y el padre Julio Cicero y, finalmente, el develizamiento de una tarja de dedicación del área a los naturalistas.

Esta actividad se realiza con la colaboración del Ayuntamiento del Distrito Nacional, el Jardín Botánico Nacional “Doctor Rafael María Moscoso”, la Academia de Ciencias de la República Dominicana, la Fundación Falconbridge Dominicana, Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal (CEDAF), el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF), el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), el Instituto Politécnico Loyola (IPL), Guia Tropical, y otras instituciones ligadas al estudio y protección del medio ambiente.

Sobre el Día Internacional de la Biodiversidad

La diversidad biológica, es la variabilidad entre los organismos vivientes, terrestres, marinos y acuáticos y los complejos ecológicos de los cuales formamos parte; esto incluye la diversidad tanto entre especies como dentro de una misma especies.

Hay una tendencia a la reducción de la biodiversidad, lo cual es una consecuencia directa del desarrollo humano. Muchos ecosistemas han sido convertidos en sistemas empobrecidos que son menos productivos tanto desde el punto de vista económico como biológico.

La conservación de la diversidad biológica supone un cambio de actitud de los humanos: desde una posición defensiva (protección de la Naturaleza frente a las repercusiones del desarrollo) hasta una postura activa que procure satisfacer las necesidades de recurso biológicos de la población al mismo tiempo que se asegura la sostenibilidad a lo largo del tiempo de la riqueza biótica de la Tierra.

Por las razones antes mencionadas las Naciones Unidas proclamaron el 22 de mayo como “Día Internacional para la Diversidad Biológica”, como una forma de promover el entendimiento y conocimiento de los asuntos de la biodiversidad. En Diciembre del año 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de mayo como “Día Internacional de la Diversidad Biológica”.

Sobre el padre Julio Cicero

Nace el 12 de enero de 1921, en Mérida, México. Desde pequeño demostró una gran sensibilidad hacia la naturaleza, en especial por el estudio de las plantas y los animales. Realizó estudios en humanidades clásicas en Cuba, filosofía en España, y teología y biología en Estados Unidos de América.

En 1968 llega a la República Dominicana, donde imparte docencia en las cátedras de zoología y evolución en la UASD, y de biología en el Instituto Politécnico Loyola, de San Cristóbal, y en el Colegio Loyola, de Santo Domingo.

El padre Cicero se desempeñó como coordinador de la cátedra de zoología en la UASD, encargado de los laboratorios de biología del Instituto Politécnico Loyola, de San Cristóbal, y del departamento de zoología del Museo Nacional de Historia Natural.

Actualmente, es asesor científico del Jardín Botánico y del Museo de Historia Natural, es parte del comité editorial de la revista científica Moscoso y miembro de honor de la Sociedad Dominicana de Investigadores Agropecuarios y Forestales (SODIAF) y de diversas organizaciones científicas de acción nacional e internacional.

Sobre Eugenio de Jesús Marcano Fondeur

Nació el 27 de septiembre de 1923 en Licey al Medio, Tamboril, Santiago. Desde muy joven, desarrolló un interés particular por su entorno natural, lo que le motivó realizar estudios sobre la biodiversidad dominicana, actividad a la que dedicó su vida.

Graduado de maestro normal, inicia como maestro de botánica en la Escuela Normal Emilio Prud’Homme en 1953. En 1954, pasa a ser profesor del Liceo Secundario Ulises Francisco Espaillat, y en la Academia Comercial Santiago.

Marcano falleció el 18 de septiembre de 2003, dejando la secuela de un trabajo científico extraordinario, unida a su carácter extrovertido y de gran sentido del humor, una sapiencia admirable y una excepcional calidad humana.

En el año 1955, es designado como profesor en la Universidad de Santo Domingo, al tiempo que es llamado a impartir docencia en el Instituto Politécnico Loyola, donde fue maestro de generaciones de biólogos, botánicos, veterinarios y agrónomos.

Por más de 50 años, realizó extensos recorridos por toda la geografía nacional, lo que le permitió adquirir un conocimiento incomparable sobre nuestra biodiversidad, y reportar para registro de una gran variedad de especies de plantas y animales, desconocidas por la ciencia hasta entonces.

Como parte de su producción científica, se destacan, entre muchas otras publicaciones, Manual de Botánica General y Sistemática, Apuntes para el Estudio de los Insectos Dañinos a Nuestra Agricultura, Plantas Venenosas de la República Dominicana, Decálogo para la Conservación de la Naturaleza, e Introducción a los Problemas de Conservación de la República

Dominicana. A lo que se le suman cientos de conferencias dictadas en el país, y diversas ponencias en seminarios y congresos internacionales.

Esta labor de toda una vida, ha logrado que Marcano sea considerado por muchos, como uno de los investigadores dominicanos más prolíficos de todos los tiempos.

Lo que se evidencia con los múltiples reconocimientos que le han otorgado instituciones como la UASD, la UNPHU, la PUCMM, APEC, UTESA, INTEC, la Academia de Ciencias de la República Dominicana y la SODIAF. Además de un número importante de nuevas especies de plantas y animales, incluyendo algunos fósiles, que han sido nombradas en su en honor.