Cancillería RD ha sabido ponerse a la altura del momento que vive Nicaragua
La mejor forma en que los pueblos avanzan es cuando todos sus estamentos marchan en armonía y cónsonos con las libertades que consagran los derechos humanos. Si bien es cierto que la democracia no es perfecta, es perfectible, y a través de ella podemos lograr nuestros más ansiados anhelos.
Desgraciadamente, hay políticos que se sirven de ella para llegar al poder, y logrado ese propósito incurren en todos los vicios y violaciones que ellos combatían. A veces se convierten en dictadores disfrazados de demócratas. Fui, soy y seré un demócrata a carta cabal, amante de todas las libertades a que tenemos derecho los humanos, y considero que todas las dictaduras o dictaduras disfrazadas de democracia siempre serán perniciosas, sean estas de izquierda o de derecha.
La Carta de la Organización de los estado Americanos (OEA) establece que la democracia representativa es condición indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región; y todos sus miembros están obligados a observar y respetar todo el protocolo admitido universalmente para propiciar elecciones libres.
Nadie en su sano juicio puede decir que el dictador Rafael Trujillo en alguna de las elecciones en que fue candidato a la Presidencia actuó respetando las reglas fundamentales del libre juego de la democracia. En 1930 la Banda La 42, liderada por Miguel Angel Paulino, amenazó, mató y maltrató a los contendores de Trujillo en esos comicios evitando de esa forma que pudieran ejercer su derecho a ser elegidos.
Durante su régimen, presidentes de países amigos manifestaron su rechazo al sistema de Gobierno que sufríamos los dominicanos. Rómulo Betancourt en Venezuela, José (Pepe) Figueres en Costa Rica y Luis Muñoz Marín en Puerto Rico, fueron algunos de los gobernantes que supieron ser solidarios con nuestro pueblo. Su actuación fue encomiable. En modo alguno podríamos considerarlos injerencistas. Supimos aquilatar esas protestas de solidaridad de la comunidad internacional por lo que siempre les debemos guardar el debido agradecimiento.
El artículo 17 del capítulo lV de la Carta de la OEA establece que cada Estado tiene el derecho a desenvolver libre y espontáneamente su vida cultural, política y económica. En este libre desenvolvimiento el Estado respetará los derechos de la persona humana y los principios de la moral universal.
Los Estados miembros de la OEA y de toda la comunidad internacional están en el deber moral de manifestar enérgicas protestas cuando se atropelle cualquiera de los derechos humanos de un país por un gobierno de fuerza.
El Gobierno dominicano, a través de su canciller, ha sabido ponerse a la altura del momento en que vive el hermano país de Nicaragua. Hemos visto con tristeza e indignación que un Gobierno cuyos líderes lucharon tenazmente contra la dictadura de la dinastía Somoza, estén incurriendo en los mismos desmanes que ellos combatieron.
Es inconcebible que la señora Cristiana Chamorro, Arturo Cruz y Félix Maraduaga candidatos a la presidencia de Nicaragua estén en estos momentos bajo arresto, hecho insólito que les impide ejercer su trabajo proselitista. Esos eran los métodos usados por el dictador ajusticiado hace sesenta años. Se repite la historia trujillista de ir solos a los comicios. Así se sabe de antemano quien será el candidato triunfador. Así no, señor canciller de Nicaragua, así no. Respaldemos a nuestro canciller con todo lo que signifique la defensa de la democracia, la libertad y el respeto de los derechos humanos de todos los países del continente americano.