Considero un deber patrio la defensa de nuestro país al margen de posiciones políticas, económicas y sociales sin dejar de luchar y reconocer, a lo interno, que tenemos muchas situaciones que debemos superar.
De la misma manera que los problemas familiares deben plantearse, discutirse y buscar soluciones sin involucrar a terceros, salvo que sea un profesional de la conducta que sea preciso consultar, debemos manejar nuestros problemas como nación soberana.
Estas reflexiones vienen a la mente por la difícil situación que se le presenta al país con la ocurrencia de varios fallecimientos de turistas que se encontraban vacacionando en distintos hoteles de la costa este, dando pie a un mar de especulaciones que afectan nuestra imagen.
Estas muertes, aunque siempre son lamentables sin importar su número, representan en proporción a los más de 6 millones de visitantes extranjeros cada año, una cantidad poco significativa desde el punto de vista de las estadísticas de accidentes y fallecimientos mundiales de turistas.
Lo que más ha afectado la imagen del país, no es la cantidad de fallecimientos sino el poco tiempo en el que se han originado dando pie a la competencia internacional, que no desaprovecha oportunidad, para tratar de desacreditar la buena fama que tenemos como destino turístico.
Hay muchas personas que cuando visitan un resort se “alocan”con el consumo excesivo de comidas y bebidas olvidando o ignorando determinadas condiciones de salud o que están consumiendo medicamentos que muchas veces provocan reacciones adversas al mezclarse con alcohol.
Son muchas las circunstancias que pueden provocar inconvenientes. Mientras tanto, cuidemos y defendamos la imagen de nuestro país que depende, en gran parte, de las divisas del turismo internacional.