Defensa a Pedro crea polémica en NY

Defensa a Pedro crea polémica en NY

POR FRANK PEÑA
NUEVA YORK.-
Si yo hubiera sabido dos meses atrás que escribir a favor del lanzador Pedro Martínez provocaría la pérdida de una gran amistad, jamás habría redactado media cuartilla acerca del pitcher dominicano.

    Pero, como las cosas no fueron así debo escribir algo para que conste para la Historia; y he tomado esa decisión porque la amistad perdida provenía de un gran personaje, quien en 50 ó 100 años estará dentro de la historia del béisbol norteamericano. 

     El 12 de mayo del 2002 yo hice mi primera llamada al programa radial Wado-Deportivo, en Nueva York, dirigido por mi amigo Armando Talavera, quien es además el Director Ejecutivo de la transmisión en español por cable y radio de los Yankees.

     El Sr. Beto Villa, quien será con seguridad miembro del Salón de la Fama en Cooperstown, renglón locución, y quien es narrador en español de los Yankees, fue un caballero conmigo desde mayo del 2002 hasta el 9 de junio del 2004, período de dos años en el que nunca escribí algo que contradijera a mi amigo. Por eso, mediante este documento doy constancia de mi agradecimiento hacia el Sr. Beto Villa, por su fino trato y por la ayuda intelectual ofrecida a través de una bonita y calurosa relación epistolar o escrita.

     Durante los primeros meses del presente año 2004 inicié una etapa dentro de mi incursión en la investigación deportiva, es decir, empecé a escribir mis primeros ensayos. A pesar de que esos artículos no son para algunas personas la gran cosa, he tratado de ser honesto y de aplicar mi experiencia de investigador historiográfico al estudio del béisbol, y en algunos casos he llegado a conclusiones y opiniones muy diferentes a las que tienen eruditos, como el estimado Beto Villa, con 30 ó 40 años en el oficio de narrador deportivo.

     El Sr.Villa casi siempre estuvo de acuerdo -si no era hipocresía- con mis primeros escritos. El 29 de marzo de 2004 decía de mi ensayo sobre El Mejor Novato de la Historia: «Frank Peña, muy bien destacado cada uno de los puntos. Saludos, Beto Villa». Y acerca del artículo El Milagro de Batear .400 y para la Triple Corona me escribió el 5 de abril lo que sigue: «Muy bueno el artículo. Claro, era una época prehistórica donde los jugadores buenos eran contados y, ante un sinnúmero de blanquitos mediocres».

     Por mi investigación del Apellido Alou, el 28 de marzo dijo: «Frank, muy bueno el artículo sobre el origen del apellido Alou…Saludos, Beto Villa». Pero don Beto fue mucho más generoso cuando escribió, refiriéndose a mi trabajo acerca de los Mejores Peloteros por Posición en las Mayores, esta perla: «Excelente trabajo, digo de los mejores elogios».

     Don Beto Villa, tocado por la brisa de cuaresma y la Pasión de Cristo, escribió el pasado 8 de abril su pensamiento más elegante, el de mayor altura académica, y, sobre todo, preciso y corto. Veamos: «Frank Peña a mí me gusta que me corrijan, porque el oyente debe siempre escuchar lo mejor, la verdad de los hechos…Feliz Semana Santa».

     Siguiendo la ruta trazada por mi amigo Beto Villa en la hermosa correspondencia anteriormente citada, y como yo soy también su oyente, decidí corregirlo por vez primera, analizando su apreciación de que Pedro Martínez no tiene marcas para figurar en una lista de grandes lanzadores, tesis que ha venido repitiendo a lo largo de las dos últimas temporadas de Grandes Ligas.

     Sin yo esperarlo, pero como fruto de una investigación seria y desapasionada, llegué a la conclusión -correcta o equivocada- de que Pedro Martínez es el segundo mejor lanzador latino en las Mayores de todos los tiempos.

    La persecución sistemática a Pedro Martínez, don Beto también la ha aplicado a Alex Rodríguez, llegando al sacrilegio de decir que Derek Jeter, el capitán del equipo Yankees, es mejor atleta que el primero. Y ha repetido hasta el cansancio que Alex no vale el contrato de 252 millones de dólares, el más grande de las Mayores.

     Este artículo sería sólo un chisme, un ataque personal, si yo no reitero que Beto Villa es un brillante locutor deportivo, un ejemplo a seguir, un maestro de las estadísticas. Pero tiene un gran defecto: acostumbra buscar audiencia -rating- siendo tremendista o exagerado, lanzando al aire ideas y conceptos ligeros o irracionales que más tarde niega, método que le sirve de base para decir con frecuencia que los oyentes no saben escuchar.

     Por utilizar ese raro método, de decir una cosa para luego negarla, cada vez que don Beto interviene en el programa radial Wado-Deportivo la noche resulta una delicia, un espectáculo de circo romano, porque la mayoría de los fanáticos lo quieren linchar.

     Fue suficiente que yo contradijera una sola vez al amigo Beto, escribiendo mi artículo titulado «Muestran con Números Grandeza de Pedro Martínez» en el diario HOY, nueve de junio de 2004 (motivando a un compañero de Pedro Martínez, David Ortiz, a escribir un comentario en Internet), para que el brillante narrador de los Yankees negara lo que me escribió respecto a que le gusta que lo corrijan. A partir de mi artículo sobre Pedro Martínez, su anterior positiva opinión de mi persona cambió, sorpresivamente, hacia un irracional celo profesional, bordeando con esa actitud los límites de la locura.

     Si don Beto pensó que mi trabajo sobre Pedro Martínez no tenía ningún mérito, con su sabiduría debió elaborar otro para tirar por el suelo el mío. Pero, un mes después, el cinco de julio del 2004, el distinguido relator deportivo se presentó como todo un guerrero medieval, y en lugar de hacerme una réplica y, al mismo tiempo, realizar una defensa académica o intelectual de su punto de vista acerca del lanzador dominicano, lo que hizo fue enviarme un correo electrónico mal redactado, que aparte de insolente denota una pobre capacidad educativa.

     Por respeto al lector, y a la ética del verdadero investigador, pido permiso para reproducir íntegramente, tal como llegó a mi computadora, la carta que tuvo a bien enviarme el Sr. Villa, pero antes debo aclarar que el laureado cronista confunde a HOY, el periódico dónde yo escribo, con el Listín Diario. Sienta gran placer, pues, amigo lector observando el vuelo literario y poético de esa antológica correspondencia.

CARTA DE BETO VILLA

Frank Peña,

Por más de treinta años, desde que comencé en mis labores de comunicador, siempre he sido un defensor de los jugadores latinoamericanos en las Grandes Ligas y, por que no, también en todos los sectores de la urbe norteamericana. Soy venezolano de nacimiento, pero latinoamericano por convicción.

Su artículo en el Listin Diario, donde tengo grandes amigos, fue algo antiprofesional.  Yo nunca he hablado mal de Pedro Martínez, siempre he sido un gran defensor de su labor como lanzador.  En más, el año pasado saque la cara por él, aquí en Estados Unidos, en Latinoamerica y en Dominicana, cuando el osado Don Zimmer salió con las intensiones de darle un galletazo.  Para mi, Pedro hizo lo que tuvo que hacer.

En cuanto a la merma de su velocidad y poca resistencia en los juegos, que a duras penas puede lanzar de 6 a 7 innings (unos 110 lanzamientos como máximo), eso lo dice y lo conoce todo el mundo del béisbol: scouts, mánagers, jugadores, periodistas, cronistas.  No es solamente Beto Villa, sino también una gran horda de periodistas, incluyendo mis grandes amigos la República Dominicana como son: Billy Berroa, Don Caqui Córdova, Domingo Saint Hilaire, Kevin Cabral, Rafael Cuello Batista, Jorge Torres y otros que sí conocen de este deporte.

Usted de la noche a la mañana, en vista de su educación “catedrática”, está leyendo artículos beisbolísticos, lo acomoda y empíricamente lo saca como si fueran suyos.  Ese es su problema, pero tener la osadía de de escribir algo como “que el narrador de los Yankees dijo esto, o dijo lo otro… por ser de los Yankees…”.  Eso un irrespeto porque yo no le he dado esa confianza a usted.  En embargo, en varias oportunidades le he respondido preguntas y le he mando informaciones para ilustrarle su curiosidad cuando me lo ha pedido.  A pesar de su susodicha educación, usted actuó con irrespeto hacia mi persona.  También, en varias ocasiones me ha tratado de “pana”, aun y cuando le dije, en una oportunidad, que eso era algo antiprofesional hacerlo.

Mis amigos en el Listin Diario me informaron al respecto, y ellos saben que yo soy un gran defensor de los jugadores latinos.  Sin embargo, si tengo que decir algo, lo digo porque yo no estoy atenido a lo que hagan los Yankees, bien o mal, porque yo, ante todo, soy fanático del béisbol no de los Yankees.  Si tengo que decir algo, como lo he dicho, lo digo.  Obviamente, vivo las jugadas del equipo que transmito, especialmente en Yankee Stadium, porque la emoción del fanático te marca la pauta, pero siempre he sido y seré objetivo a la hora de hacer mi trabajo.  Naturalmente, por ética profesional a veces hay que ser prudente.

Dicho esto, sólo le digo que se exima de enviarme cualquier tipo de información y evite mencionar mi nombre cuando llame a WADO Deportivo que, de por sí, ya todos mis colegas están incómodos por su conducta. (Punto).

BETO VILLA

De la carta de Beto Villa sólo se me antoja presentar el siguiente reto público: que él señale o demuestre al público de qué fuente o escritor yo plagié mi teoría que sostiene que Pedro Martínez es el segundo mejor pitcher latino, detrás de Juan Marichal.

     Y como don Beto Villa, por culpa del lanzador Martínez, de repente ha hecho una pobre evaluación de mi persona, presento como contraste la opinión de un candidato al Premio Nóbel de Literatura. El ex-Presidente de la República Dominicana, Prof. Juan Bosch, en tres artículos publicados en el Listín Diario el 9, 16 y 23 de agosto de 1986 decía de quien este artículo firma, entre otras cosas, lo siguiente. Cito.

«Cuando sólo faltan 14 años para que el siglo XX termine, Frank Peña aparece enarbolando el libro que me toca presentar esta noche, cuyo título es Cien Años de Miseria en Santo Domingo 1600-1700…Hay que decir, en presencia del autor, que su obra viene a hacer luz en una noche cerrada, de la cual sólo se percibían destellos…en los cien años del siglo XVII…Frank Peña tiene condiciones excepcionales de historiador, y yo le he recomendado…que siga la lección de Emilio Rodríguez Demorizi, el más grande de nuestros historiadores. ¿En qué sentido? En el de mantener su trabajo dentro de los límites de la Historiografía, sin caer en el de los analistas de la Historia…, no dejar el terreno de investigador…para ocupar el de analista… Debe, pues, seguir ese camino y no dejarse seducir por el otro». Fin de la cita.

¡Pensándolo bien, si me hubiera llevado del consejo que hace 17 años me dio el ex-Presidente, hoy no tendría el gran problema que ha generado el atrevimiento de yo ponerme a hacer el análisis de la carrera de Pedro Martínez!

——–

frankpena1948@aol.com

Publicaciones Relacionadas

Más leídas