Ya la Defensa Civil no es aquella que está esperando que caiga un aguacerito para ponerse un poloché naranja e irse a trabajar. De hecho, tiene una dotación de equipos tecnológicos y protocolos definidos para dar respuesta a sismos, tormentas y huracanes.
Así lo asegura su director, el general Rafael Antonio Carrasco Paulino, quien informa que la Defensa Civil está transformada y equipada con mucha tecnología para enfrentar cualquier tipo de situación.
Por eso, aunque a propósito de los constantes sismos que desde el pasado 28 de diciembre están afectando la vecina isla de Puerto Rico, hay dominicanos que temen por la posibilidad de un evento similar en el país, el general Carrasco está optimista.
“Ante esa eventualidad, contamos con todas las herramientas y conocimientos para asistir a la población sin ningún tipo de inconvenientes”, asegura.

Agrega que tienen equipos como casas de campaña y que disponen de espacios abiertos, que ya están ubicados, para el traslado de personas ante posibles terremotos, y que ahora trabajan en georreferenciarlos.
La supervisión y seguimiento también son constantes, dice, explicando que tras el terremoto de hace 10 años de Haití, más los sismos de ahora en Puerto Rico, están constantemente en alerta.
No obstante, ante la pregunta de si siente que la población sabe qué debe hacer en caso de un terremoto, admite que falta más preparación, pero enfatiza la responsabilidad que debe asumir la propia ciudadanía.
“Todo el mundo conoce el pueblo dominicano, nosotros a veces nos cansamos de decir lo que hay que hacer pero, a veces, siendo honesto, hay que ir casa por casa y prepararle su mochila. Si usted ve la gran cantidad de mensajes que divulga la Defensa Civil para que la gente se motive, si los acogieran, la cosa fuera diferente”, expresa el general Carrasco.
A seguidas agrega que falta conciencia de la población, de que ella tiene que poner de su parte, porque, dice, la ciudadanía está acostumbrada a que todo debe hacerlo el Gobierno.
Opinión similar tiene la doctora Bélgica Miguelina Tactuk, Directora de la Escuela Nacional de Gestión de Riesgos, quien expresa que la primera respuesta es la que se da en el hogar, por eso la necesidad de tener un plan en las familias y en las empresas que impida tener que esperar que llegue la Defensa Civil.
«La gente tiene que entender que por más equipos que nosotros tengamos, la respuesta a lo que suceda dependerá de la magnitud del evento, pero la primera respuesta será en el hogar, luego viene la respuesta institucional, pero mientras más capacidad de respuesta hay en las instituciones, mayores probabilidades de sobrevivir», apunta la doctora Tacktuc.
En ese sentido, tanto ella como el general Carrasco enfatizan la necesidad de que cada hogar tenga una mochila de emergencias que cuente con un botiquín de primeros auxilios, agua embotellada, alimentos no perecederos, documentos de identificación personal, linternas y pitos, radio de pilas, cuchilla multiusos, útiles de aseo, cinta adhesiva, mantas y ropa de abrigo, entre otros artículos.
De igual manera señalan la importancia de que en las empresas, e instituciones públicas y privadas tengan diseñadas las rutas de evacuación ante emergencias y cuenten con un botiquín de primeros auxilios.
Inclusive, el general Carrasco se va un poco más lejos y revela que tiene la propuesta que, por ley, en cada institución, pública o privada, haya un desfibrilador automático, para asistir a personas que presenten paros cardíacos.
Tienen equipos, pero no para tsunamis. Entre el equipamiento del que está disponiendo la Defensa Civil, en parte gracias a una donación recibida del gobierno de Japón, se encuentran herramientas importantes como equipos de extricación vehicular, que permiten un rápido rescate de las personas en casos donde quedan atrapadas por derrumbes o choques de vehículos.
No obstante, el general Carrasco informa que no tienen boyas para detectar tsunamis, aunque sí han formado brigadas de emergencias, en varias instituciones, para actuar ante esta eventualidad.
Una de ellas es la Cancillería de la República, que al estar ubicada cerca del mar, es muy vulnerable.
Novedades. La interconexión y el trabajo en equipo caracterizan la Defensa Civil de hoy. Por ejemplo, ya trabajan con el 9-1-1, Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad, que asisten en rescate acuático, de montañas y evacuaciones ante incendios.
«Por ejemplo cuando hay un incendio, nosotros hacemos cercos del perímetro, para que los bomberos puedan operar, y hacemos las evacuaciones, porque la población ya está acostumbrada a que nosotros la evacuemos. No es lo mismo un militar uniformado, que algunas personas lo ven como represión, que una persona de la Defensa Civil, con su poloché color naranja, a quien ya las personas identifican como el color del rescate», dice el director.

También usan la técnica de posicionamiento espacial de georreferenciación para sus albergues.
Otra novedad es el Sistema Integrado Nacional de Información (SINI), que les permite conectarse con otras 15 instituciones, para mantenerse actualizados en los riesgos del país, conjuntamente con su Sala de Situación, en la que tienen contacto con los 32 directores provinciales de la Defensa Civil.
Voluntarios: su base fundamental. Una de las cosas que más protege la Defensa Civil, como institución, es su voluntariado, que asciende a unas 14 mil personas, la gran mayoría adultos, y de distintas clases sociales.
“Así como su nombre lo indica, ellos no están detrás de un pago ni de beneficios económicos, e inmediatamente nosotros lo llamamos, ellos acuden”, explica el Director de la Defensa Civil.

No obstante, la institución, los incluyó en el seguro médico subsidiado del SENASA, paga seguro de vida por cada uno de ellos, y, por supuesto, se le da una pequeña dieta para la comida que va entre RD$500 y RD$750 pesos por día.
El general Carrasco concluye señalando la importancia del voluntariado en la importante labor que tiene la Defensa Civil de responder rápido y salvar vidas.