Defensa EU aturdida ante atentado 11-S

Defensa EU aturdida ante atentado 11-S

WASHINGTON (EFE).- El Pentágono, que puede poner en el aire 3.000 aviones de combate para defender a EEUU, respondió desconcertado y de manera confusa durante los atentados del 11 de septiembre de 2001, según la comisión que investiga los ataques.

La comisión independiente concluyó ayer su ciclo de audiencias públicas con la presentación de un informe sobre la respuesta del control aéreo y la defensa aérea, antes de divulgar sus conclusiones definitivas, el próximo 26 de julio.

El jefe del Estado Mayor Conjunto, el general de la Fuerza Aérea Richard Myers, dijo a la comisión investigadora que los militares no recibieron en 2001 información que indicara claramente la eventualidad de que se produjeran ataques aéreos dentro del país.

El informe determinó que en la mañana de ese 11 de septiembre, el vicepresidente Dick Cheney autorizó a que los aviones de combate de EEUU derribaran los aviones de pasajeros secuestrados, pero su orden no llegó a los pilotos hasta después de que el último de los aviones comerciales se había estrellado en Pensilvania.

Debido a la confusión que causaron los atentados, Cheney llegó a estar convencido durante un rato de que dos aviones secuestrados habían sido derribados, según la comisión.

El presidente de EEUU, George W. Bush, que fue quien dio la orden de que se derribaran los aviones secuestrados, se hallaba en Florida y por eso Cheney durante unas horas dirigió la respuesta desde la Casa Blanca.

Mientras tanto, el Mando de Defensa Aérea de América del Norte (NORAD, por sus siglas en inglés) había despachado a sobrevolar el océano Atlántico a los aviones de combate que debían proteger a la capital de Estados Unidos.

Myers dijo a la comisión que desde mayo de 2001 los mandos militares recibieron informes de inteligencia que mencionaban la preparación de atentados contra EEUU, «pero indicaban la posibilidad de acciones en Arabia Saudí, en el Golfo (Pérsico), o Turquía, o Italia».

«No recibimos informes que indicaran una probabilidad alta de ataques dentro de territorio continental de Estados Unidos, o del secuestro de aviones para usarlos en ataques», agregó.

Myers explicó que «inmediatamente después de los primeros ataques la preocupación principal del Pentágono fue determinar, primero, qué otras amenazas podía haber, y segundo qué otro ataque pudiera ocurrir, no sólo con aviones sino también con explosivos».

El NORAD se creó durante la Guerra Fría para detectar un eventual ataque con aviones y misiles desde la Unión Soviética. Desde comienzos de los años 90 y tras la reducción de la amenaza desde Rusia, ese mando ha cerrado 16 de sus 23 centros de operaciones.

Myers y el jefe del NORAD, general Ralph Eberhart, dijeron a la comisión que, antes de los atentados, no se percibía la amenaza de grupos terroristas al punto que motivara la preparación de una respuesta militar dentro de EEUU.

La investigación de la comisión también sacó a la luz las deficiencias en los radares de la Dirección Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) que dificultaron la ubicación y seguimiento de los aviones secuestrados.

El vuelo 77 de American Airlines no fue detectado hasta cinco minutos antes de que fuera estrellado contra el Pentágono, porque los controladores de la FAA lo perdieron de las pantallas de radar cuando fue secuestrado a cientos de kilómetros de Washington.

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