WASHINGTON (AFP).- Un grupo de 50 cazainmigrantes y otros tantos partidarios de la legalización de los indocumentados se enfrentaron a gritos ayer, viernes, en proximidades del Congreso estadounidense, donde el Senado debe reanudar el lunes el debate sobre la reforma migratoria, comprobó la AFP.

“Go home (vete a casa)”, gritaban de un lado los llamados “minutemen”, el grupo civil que vigila la frontera con México para impedir la entrada de indocumentados. “Aquí estamos y no nos vamos”, le respondían en español los contramanifestantes, separados por un cordón de unos 50 policías.

Los intercambios verbales se produjeron después de una concentración de los cazainmigrantes en la que amenazaron con “echar a patadas” del Congreso a los senadores que apoyen la regularización de cerca de 12 millones de indocumentados que viven en el país.

Al concluir los discursos y tras cantar el himno estadounidense en inglés, como lo subrayaron, los cazainmigrantes se acercaron a los ruidosos contramanifestantes que habían interrumpido varias veces su acto con gritos como “Minutemen no, Immigrantes sí” o “Nadie es ilegal, los minutemen son ilegales”.

Separados por la policía, los dos grupos se increparon a distancia, aunque sin enfrentarse físicamente. “¿Dónde está vuestra tarjeta verde?”, preguntaban unos, con un dedo en alto. “A la mierda, fascistas”, respondían los otros.

Durante el acto, el fundador de los “minutemen”, Jim Gilchrist ya había atacado verbalmente a los contramanifestantes: “Tengo un importante mensaje para los verdaderos racistas del siglo 21, esa gente ahí detrás de ustedes: váyanse al infierno”, dijo bajo los aplausos de sus partidarios. Por su parte, Eichler, director ejecutivo del movimiento anti-inmigrante que concluyó en Washington una gira por el país, tampoco tuvo pelos en la lengua a la hora de denunciar una invasión extranjera del país por inmigrantes mayoritariamente mexicanos.

“No debemos permitir que nuestro país sea invadido y tampoco que se nos quite nuestra libertad”, aseguró. “Creo que Estados Unidos puede ganar esta batalla que tenemos ahora mismo”, añadió furioso, antes de dirigirse directamente a los congresistas.