Ejercer como Defensora del Pueblo es una labor encomiable, que para la doctora Zoila Martínez Guante ha significado una enorme responsabilidad y un gran reto porque en esa labor no solo ha tenido que ser “directora, capataz y peón”, sino que también ha necesitado de sus propios recursos para socorrer a tantos pobres de solemnidad que a ella recurren.

La exfiscal del Distrito Nacional confesó en una entrevista para HOY, lo que en términos profesionales y personales ha significado para ella asumir el cargo al que tantos aspiraban.

Todo con transparencia. Reveló que de una asignación presupuestaria de RD$150 millones, la Defensoría del Pueblo tiene que devolver en impuestos más de RD$20 millones y que de los fondos restantes hace un ahorro que actualmente alcanza los RD$200 millones, para la construcción de un local propio para la institución.

Todo lo demás es para cubrir la nómina de unos 60 empleados, la mayoría abogados, cuyos salarios oscilan entre los RD$45,000 y RD$65,000, más viáticos de viajes al interior, seguro médico, compra de combustible y comida, pago de los servicios básicos y de oficina y otros gastos propios del trabajo de la institución.

“La Defensoría Pública tiene aquí adentro a la Contraloría, y también pedimos a la Cámara de Cuentas, porque no queremos que de ese dinero se toque absolutamente ni un centavo ni se diga que aquí se lo están comiendo”, dijo la funcionaria.

Lo que falta lo asume ella. Las ayudas a personas que acuden a su oficina en busca de qué comer; las que da durante sus jornadas de trabajo en barrios y ciudades de la capital y el interior, donde ve las múltiples carencias que tiene mucha gente en el país; así como los brindis que se ofrecen cuando van expertos a ofrecer charlas para instruir a los empleados… todo sale de sus bolsillos.

“Mi casa estaba llena de colecciones de cuadros de afamados pintores como Lladró, Lalite y otros, y yo he vendido mis pinturas porque como mujer cristiana y de fe, quiero hacer lo que Jesucristo dijo: compartir con los que nada tienen”, dijo Martínez Guante.

Una carga dura. Así considera la funcionaria su paso por la Defensoría Pública, básicamente porque como institución nueva, ha tenido sobre sus hombros la responsabilidad de formarla y atenderla al mismo tiempo, lo que dijo constituyó su primer reto desde que asumió el cargo.

“Vine aquí sin un formato, ni instructivo ni precedente ni nada de donde nutrirme; tampoco he tenido asesores ni guías que me orienten. Todo cuanto se ha logrado es por esfuerzo inusitado de mi mente, de lo que yo vivo y creo que debe ser un Defensor del Pueblo: poca palabra y mucha acción a favor del pueblo mismo”, afirmó.

Y para eso, Martínez Guante no ha escatimado nada, ni siquiera los haberes personales de los que sin nostalgia se ha tenido que desprender.

Todos buscan. No solo personas de la clase baja recurren a la Defensoría Pública para canalizar y resolver problemas, sino de todas las esferas sociales, y la mayoría son resueltos con nuestra mediación, informó su titular.

Señaló que aunque las funciones del Defensor del Pueblo son los derechos colectivos y difusos, medio ambiente, derechos fundamentales y derechos humanos, a las oficinas donde opera ese organismo estatal “va de todo”, incluso casos judiciales y a todos se les busca solución con la ayuda de las autoridades correspondientes.

Estadísticas. Informó que solo en el período comprendido entre el primero de mayo del 2015 y el 30 de abril de 2016, la institución resolvió 470 expedientes de reclamación, 319 de las cuales fueron hechas por ciudadanos y 151 tramitadas por iniciativa de la entidad. En ese tiempo brindó 539 orientaciones a los ciudadanos.

Agregó que más del 67% de las reclamaciones formalizadas, procesadas y atendidas por el Defensor del Pueblo conciernen a derechos relativos a servicios públicos de agua potable, asuntos municipales, medio ambiente adecuado, servicios de obras públicas, acción disciplinaria policial y militar, administración penitenciaria, función pública, derecho inmobiliario, protección a personas de la tercera edad y asuntos penales.

Casos más emblemáticos. Entre los casos más emblemáticos a los que el defensor del Pueblo le ha buscado solución, la doctora Martínez Guante citó una cirugía a un menor con una malformación y la ejecución de orden de traslado dictada por la autoridad competente de múltiples internos en la cárcel de San Pedro de Macorís, a Najayo en San Cristóbal; y la tramitación ante la Junta Central Electoral (JCE) del proceso de declaración tardía de una familia completa, entre otras.

Problemas. Las cosas más difíciles que ha enfrentado la Defensora del Pueblo tienen que ver con el Medio Ambiente a nivel nacional: en Los Haitises, las cordilleras Central y Septentrional y los ríos que han sido depredados; la tala de árboles en Constanza y el problema de Falcondo con la destrucción de la capa vegetal de las lomas La Peguera, Ortega y Caribe.

Martínez Guante se quejó también porque, “increíblemente”, el Defensor del Pueblo no ha sido incluido en las negociaciones que llevan Salud Pública y la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) con el Colegio Médico Dominicano (CMD), sobre la situación de los hospitales.

Pide tener confianza. La funcionaria dijo que aunque por ahora están navegando por arriba, el Defensor del Pueblo “es un camino cierto y seguro” que muy pronto tendrá local propio y adecuado para las funciones que desempeña.

Respaldo de instituciones. Martínez Guante dijo sentirse satisfecha con el respaldo de todas las instituciones y funcionarios a los que ha acudido a mediar por ciudadanos que con documentos justifican sus reclamos y le han resuelto sus problemas
Qué espera. La Defensora del Pueblo dijo que aguarda con vehemencia que el ministro de Educación Carlos Amarante Baret, incluya en el currículum de los colegios y escuelas públicas, como materia obligatoria, los derechos humanos y derechos fundamentales y medioambientales para que se conozcan y se defiendan.