Deficiencias frenan la competitividad

Deficiencias frenan la competitividad

Una seria preocupación se ha ido arraigando en los sectores que les preocupa el futuro del país, ante los desafíos de la globalización y las severas presiones por el aumento de los costos del petróleo, alimentos, etc. Y las limitadas herramientas humanas para enfrentar tantos factores externos, que podrían destruir lo que se ha logrado en los pasados años.

No hay dudas en ningún sector, tanto privado como oficial, y se puso de manifiesto en el seminario que realizó este diario la pasada semana, en donde surgió la serie preocupación de que una buena mayoría de la potencial fuerza trabajo carece de los conocimientos y capacidad suficiente para desempeñar la abultada cantidad de puestos de trabajos disponibles, que surgen cada día y son esenciales para asegurar una buena competitividad.

Los dominicanos, cuando buscan trabajo, lo primero que dicen es que hacen cualquier cosa y nunca especifican cuál es la preparación y se ofrecen para todo; el resultado es que carecen de conocimientos. El paso de millones de dominicanos por la escuela primaria y los que llegaron a la secundaria fue penoso, fruto de una escuela llena de deficiencias y un magisterio peor preparado y mal motivado.

Pese a tantas deficiencias y de una masa humana desacoplada con la competitividad, el país se ha desarrollado. Pero se ha llegado a un punto que debemos renovarnos con una mejor educación y preparación, o perecer en el momento cuando nos damos cuenta de cómo hemos sido incapaces de hacerle frente a los compromisos del DR-CAFTA, ya que nuestros comercios están llenos de productos centroamericanos, y uno visita a esos países y son escasos los productos criollos en las góndolas de los supermercados de esas naciones.

Internamente nos damos cuenta que pese a tantas voces agoreras y pesimistas, el país ha sido capaz, y a pesar de  la falta de preparación de su masa humana, que producimos lo suficiente en el campo para alimentar no solo a los nueve millones de dominicanos, y casi la mitad de los haitianos, sino que les suministramos los alimentos para cubrir la demanda de cuatro millones de turistas que nos visitan cada año.

Pero todo eso tiene un límite, y el caso reciente de una cadena hotelera, que junto a la Secretaría de Trabajo realizaron una feria de empleos en Bávaro en donde entrevistaron a más de 10 mil aspirantes, se descubrió que los necesarios 3 mil para los puestos no aparecieron, ya que todos decían que hacían cualquier cosa; apenas sabían hablar, aparte de los haitianos entrevistados, y sus conocimientos hasta el “octavos” curso demostraba que ni siquiera sabían hablar y mucho menos escribir su nombre.

En consecuencia, se debe revisar con urgencia el sistema educativo oficial donde ahora es más importante determinar la calidad de la leche del desayuno escolar, que por lo general encierra un tráfico de influencia. A esas deficiencias educativas se une el desmoronamiento de la familia, lo cual hace temer que la competitividad desaparecerá debido a que cada vez hay más ciudadanos sin preparación y más adictos al dinero fácil que deslumbra a quienes se dedican al deporte, a la farándula y al tráfico de drogas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas