Deficiencias y desesperaciones

Deficiencias y desesperaciones

En diversos sectores de la ciudad de  Santiago  se expresan   preocupaciones  y surgen  protestas por  el mal estado de calles y aceras, la precariedad en suministros de agua y luz y hasta por la falta de empleos y los  aumentos en  el costo de la vida. Poca novedad. Pero autorizados representantes de la comunidad, de medianos y pequeños empresarios y grupos de vecinos, elevan también su voz para expresar preocupación por la forma violenta con que, cada vez con más frecuencia, se formulan quejas y demandan soluciones. En solo dos semanas se contaron paralizaciones en por lo menos 14 barrios conturbados por presiones generadas por quemas de neumáticos, derribamiento de árboles y fuertes  pedreas  contra vehículos y otras propiedades.

 Es cierto que la desatención oficial a problemas de la colectividad puede ser  indignante  (palabra que viene al caso) y que los patrocinadores de algunos movimientos entienden  que la alteración del orden es la que a veces vence la indiferencia. No obstante, el caos urbano  suele tener consecuencias dolorosas  sobre ciudadanos pacíficos de los mismos lugares de las protestas. Obstaculiza actividades de la vida económica y de subsistencia y atrae una contra-violencia de autoridades, incluso mortífera. La  incompetencia de quienes deben ejercer el poder propiciando soluciones a la sociedad es reprobable. Genera más desesperación. Eso también hay que decirlo.

 

Poner orden en  casco urbano

No es cierto  que el derecho a ganarse la vida en una sociedad de libre comercio y trabajo deba  estar, per se, en conflicto   con el orden  que debe reinar en  los espacios  públicos. Es preocupante  que el centro histórico de la ciudad de Santiago  esté ocupado en gran medida por vendedores informales que obstaculizan actividades  de  otros ciudadanos que por allí discurren y operan negocios formales. Colocados caóticamente, los puestos de la buhonería  usurpan aceras y calles, desbordando las áreas y agudizando el problema de la ausencia de terminales para autobuses  inter urbanos.

Es obligación de las autoridades poner coto  al amontonamiento  que  afecta  la  zona céntrica  con un reordenamiento para que  las expresiones del comercio informal operen sin desmedro de la libre circulación peatonal y de tránsito vehicular. Con sujeción a normas de calidad ambiental;  sin antihigiénicas manipulaciones de comestibles.

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