Déficit cercano a cero

Déficit cercano a cero

Sin estudiar a fondo la causa del bajo crecimiento del PIB en los primeros cuatro meses del año algunos, incluyendo economistas, aconsejan al gobierno seguir la fiesta del pasado, gastar lo que no tiene, olvidando que el déficit público debe ser excepcional y nunca la norma. Además, no es verdad que la caída se relacione con el menor déficit fiscal del periodo, porque como demostré en un artículo anterior, las estadísticas oficiales trimestrales de los últimos años demuestran lo contrario, a mayor déficit menor crecimiento.

La crítica de que se redujo el gasto de capital no considera que respecto al PIB no es posible mantenerlo en 5.8% y el gasto total en 19.3% como sucedió en el 2012, ambos muy por encima del promedio histórico. No debe olvidarse que la economía crecerá por debajo de lo deseable en el 2013 y 2014, porque estamos pagando la irresponsabilidad fiscal de Leonel Fernández (2005-2012), traducido en un déficit promedio anual de 2.33% del PIB y el extremo de endeudarse casi todos los años para pagar los intereses de la deuda, lo demuestra el déficit primario que promedió 1.65% del PIB y el balance de la deuda pública que se multiplicó más de dos veces.

Es correcta la política del gobierno de continuar la austeridad en el gasto, lo que sí entiendo es que el ajuste debe concentrarse en el corriente, para que sea duradera la consolidación fiscal y produzca efectos expansivos sobre la economía privada y el empleo. Es más creíble que cuando se reduce el gasto de capital o se aumentan los impuestos, por la señal que envía de que en el futuro no serán necesarios nuevos parches impositivos, lo que tiende a mejorar el ingreso permanente de las familias, necesario porque el consumo privado está rezagado, aumentó sólo 1.6% mientras el consumo público creció 11.5% en el 2012.    

De consideración y permanente sería el aporte a la economía si esta administración deja como herencia el respecto por los impuestos que paga el pueblo, el manejo responsable de las finanzas públicas, con objetivos claros de déficit y deuda, porque es la única manera de ver crecer la economía basado en la inversión y el consumo privado, creando empleos productivos. Debería plantearse el objetivo de cerrar anualmente con superávit primario, suficiente para pagar los intereses de la deuda, comenzando este año. De esa manera al final del periodo (2016) la deuda pública podría situarse en 35% del PIB como se reclama, mejorando la solvencia que depende de la demanda que tenga la deuda pública. El déficit fiscal sería poco relevante con el PIB creciendo 2% como estima el FMI, con balance fiscal positivo si la economía mejora. Una política para la historia, porque la gestión se estaría distanciando del déficit fiscal promedio de 2.33% que dejó Leonel Fernández en su paso por el poder.

Una decisión en la dirección correcta, con ganancia de credibilidad, sería el anuncio de que con parte de los recursos que recibirá de la Barrick Gold, el gobierno creará un fondo para enfrentar fluctuaciones de la actividad económica, para evitar lo que sucede ahora, que los ciclos económicos como dicen los economistas no reduzcan el empleo y el ingreso.

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