DEFICIT COMERCIAL: Apuntes para una Mejor Compresión – 1 de 2

DEFICIT COMERCIAL: Apuntes para una Mejor Compresión – 1 de 2

Vladimir Pimentel

El concepto de déficit para hacer referencia al resultado comercial negativo en las transacciones de bienes y/o de servicios de un país provoca de entrada una sensación de “lo malo” que es contar con un número en rojo o con signo (-) en las cuentas de la balanza de pagos. No obstante, entendemos pertinente compartir algunas puntualizaciones para una reflexión adecuada y mejor comprensión de este resultado y sus implicaciones analíticas.

Desde el punto de vista meramente monetario un déficit en la balanza de bienes y servicios de US$2,941.7 millones, como fue en el año 2015 para la República Dominicana, quiere decir que desde nuestro país salieron por pagos debido a importaciones  una suma equivalente a dicho monto por encima de las entradas de dividas como resultado de las ventas hacia el exterior. En otras palabras, estamos pagando más que lo que recibimos. De esta forma y en términos de flujos, la mayor atención se presta a las implicaciones para el tipo de cambio y la oferta monetaria.

En este enfoque monetarista lo importante es que el país cuente con las capacidades de generación de divisas suficientes para cubrir dicha brecha, por ejemplo mediante la entrada de inversión extranjera directa y/o remesas, por las cuales el país recibió ingresos ascendentes a US$2,221.5 y US$4,960.6 millones durante el mismo año 2015. De permanecer el déficit en el tiempo, el riesgo es que una de estas fuentes de divisas fallen, especialmente cuando tienen una vinculación directa a choques externos.

En tal sentido, lo que queremos destacar es que los registros de exportaciones e importaciones de bienes y servicios son tan solo una parte de las transacciones que realizan los nacionales dominicanos con nacionales extranjeros, en un período de tiempo determinado, las cuales representaron el 55% del PIB, si sumamos exportaciones e importaciones. Por tanto, las actividades que genera una economía, por pequeña que pueda ser, van más lejos que lo meramente comercial y transaccional.

La teoría económica indica que el déficit comercial no es un problema en sí mismo, sino que lo que lo hace un verdadero problema para la política económica, es cuando este es estructural y se extiende en el tiempo de manera consistente a niveles considerablemente elevados. Igualmente se constituye en un elemento crítico dependiendo de los factores que originan dicho déficit.

Entre las hipótesis que podemos manejar con un resultado comercial deficitario es que se debe a la falta de competitividad de nuestras exportaciones. Pero por otra parte podría llevarnos a la consideración de un exceso de inversión y por tanto aumento de la demanda de importaciones para esas actividades en las que se invierte y hablamos de una economía considerablemente productiva y en crecimiento. Igualmente podemos hablar de un exceso de consumo, sobre todo cuando el 42% de las importaciones dominicanas fueron bienes de consumo para el año 2015.

A fin de cuentas el análisis del déficit comercial nos obliga a hacer un abordaje estructural del mismo para entender la descomposición del déficit comercial y ver como se comporta el mismo entre exportaciones e importaciones por productos o sectores, nacionales y de zonas francas, participación de los minerales en los últimos años, el comportamiento del petróleo y sus derivados, entre otros.

Pasaremos del enfoque monetario al estructural en nuestra próxima entrega.

 

 

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