Un factor preponderante dentro de la actual discusión sobre eldéficit presupuestario 2012 y el plan de reforma fiscal del gobierno, ha sido la profusa campaña desplegada por la oposición y sectores de la sociedad civil, tratando de arrinconar al Presidente Danilo Medina, desacreditar a su antecesor Leonel Fernández y confundir a la audiencia nacional, bajo el argumento de que la falta de ingresos ha sido consecuencia de una defraudación criminal y que ambos términos –déficit y fraude fiscal- son iguales.

Conviene puntualizar que la Reforma Fiscal Integral figura dentro de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END), instituida en la Constitución del  2010 y consensuada con la nación. Cualquiera que ganara la pasada elección estaba compelido a impulsar el pacto, pues se partía de la premisa de que el Estado no puede funcionar bajo una presión tributaria del 13% del PIB. Por ende, una cosa es la reforma y otra el Déficit Presupuestario Sistemático, definido así cuando el gasto supera los ingresos en las arcas públicas. Contrario al superávit, cuando los ingresos superan los gastos.

Un dato relevante: La exigencia del presupuesto equilibrado no se ha convertido aún en mandato constitucional. Por tanto, no hay ley ni tradición que exija la  igualdad de ingresos y gastos al cerrar el año.

Esto no significa que ambos pueden tratarse medalaganariamente, debido a que siempre es necesaria la discrecionalidad oficial, tal y como quedó plasmado en el presupuesto original  2012 que contemplaba un superávit de RD$12,000 millones, equivalentes al 0.2 % del PIB, excluyendo los pagos de la CDEEE y al Banco Central, pero el descenso en las recaudaciones, la elevada inversión publica y el funcionamiento corriente y diario de la burocracia estatal, entre otras razones, provocaron el actual déficit a partir de junio.

 Déficit y fraude fiscal no son la misma cosa.