POR FERNANDO QUIROZ
El ingeniero Diandino Peña, gerente de la Oficina del Metro de Santo Domingo, defendió ayer la construcción de un metro pesado como primer paso de instalación de un sistema de transporte rápido masivo en la capital y descartó la posibilidad del monorriel.
El ingeniero Peña entiende que sería un riesgo de inversión adoptar ese modelo de tecnología.
Con relación al monorriel dijo que no ha sido asumido en el 95% de las naciones, mientras unas 105 han aplicado el metro.
Al clausurar el primer seminario internacional sobre el metro de Santo Domingo, coordinado por el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA), con los auspicios de Pinturas Tropical, Peña afirmó que el proyecto ya está listo a la espera de que el presidente Leonel Fernández disponga el inicio de los trabajos.
El sistema monorriel, sostuvo, no garantiza la movilización de 50,000 ó 60,000 pasajeros por hora en un futuro. Su equipo técnico, manifestó, actúa con visión de futuro al inclinarse por esta opción de Metro, que su inicio incluye once kilómetros desde la margen del río La Isabela, en la avenida Máximo Gómez, hasta llegar al Centro de los Héroes.
Asimismo defendió la ruta de la avenida Máximo Gómez para iniciar la primera línea del metro. Esa vía, dijo, se ha constituido en el principal corredor y por donde se desplaza gran parte del millón de personas que se mueve diariamente en la capital.
En la avenida, argumentó Peña, no es posible la instalación del monorriel, por problemas de ancho de vía. Para poder insertarlo de manera elevada hay una transición desde el subsuelo al sistema elevado que ameritaría la eliminación de dos o tres carriles.
La construcción de un metro en Santo Domingo, sostuvo, debe ser una oportunidad para hacer un ejercicio absoluto de transparencia y reivindicar al país en un momento en que internacionalmente los presidentes han sido sacudidos por sometimientos bajo el cargo de mal manejo de los recursos.
Una vez el presidente Fernández dé luz verde al inicio de la construcción del metro, pondrán a disposición del público un sitio en la Internet donde proporcionarán toda la intimidad que implica el retrato fiel de las complejidades técnicas del proyecto, su ejecución presupuestaria y evolución de la obra.
Peña, secretario de Estado y gerente general de la Oficina del Metro de Santo Domingo, dijo que dejarían a la avenida Máximo Gómez con un sistema de drenaje pluvial óptimo, tras corregir todos los problemas que tiene ahora.
Además, entiende Peña que un monorriel quizás no represente una garantía para resolver las demandas futuras de pasajes en la ciudad. En el caso del monorriel, que lo hemos visto de manera interesante, tenemos que asumir las experiencias internacionales y modelar lo que hacen los países que resuelven sus problemas, dijo.
En ciudades como Miami, dijo, se usa el monorriel para conectar dos cremlleras de montaña o un acceso al aeropuerto. En otras naciones, admitió, lo han asumido como solución. Como manera de enfrentar el denominado cuello de botella en la margen sur del río Isabela, prepararían una plaza para que los usuarios que vengan de Villa Mella se desmonten desde los metrobus.
Si el proyecto, arranca, adelantó, antes de que se concluya debe ser iniciada la línea que llega hasta Villa Mella porque la cantidad de pasajeros de esa ruta garantizarían la rentabilidad de la operación.
El inicio de una red ferroviaria en el país obligaría al sector transporte a eliminar las dispersiones y tener que regularse y en su entorno.
¿METRO VERDE?
Peña habló de que el país tiene la posibilidad de construir el primer metro verde del mundo.
No sólo, indicó, eliminarían una cantidad importante de la emisión de monóxido de carbono de los vehículos del transporte público de manera superficial. Es que existe la posibilidad de que la generación de energía de este metro sea también por sistema biomasa, mediante la modalidad del uso del bagazo de caña, aseguró.
Esa modalidad crearía una fuente adicional de generación de empleos.
Consideró que continuar con la distribución de autobuses a sindicatos, por parte del gobierno, sería una bofetada sin manos al pueblo. Presentó estadísticas que indican que unos 11,200 vehículos han sido importados por US$525 millones para dar ese servicio, mientras que la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) recibió subsidios por otros US$175 millones.
Indicó que en los años cincuenta Santo Domingo tenía 379,000 habitantes, mientras que en el 2002 hay 2.7 millones.
Entre otras de las justificaciones planteadas por Peña para construir el metro, está que el usuario promedio tiene que pagar hasta 23% de su sueldo en pasajes, contrario al parámetro internacional que no supera el 10%.
Mediciones técnicas revelan que el caos que presenta el tráfico dominicano, sostuvo, hace que la velocidad del transporte público no rebase los diez kilómetros por hora. Esa situación hace perder al pasajero una hora en su desplazamiento, incluida media hora en la estación.