WASHINGTON.  AP.  El presidente Barack Obama presionó ayer firmemente a los republicanos que critican su reforma de salud, y prometió luchar contra “la política coyuntural”, aunque también cedió algo de terreno en su estricto cronograma para aprobar la legislación. 

“No podemos darnos el lujo de la política de la dilación y la derrota cuando hablamos de la atención a la salud”, dijo Obama después de reunirse con médicos, enfermeras y otros trabajadores de salud en el Centro Médico Nacional Infantil. “Este no es el momento, no ahora. Hay demasiadas vidas y presupuestos familiares en riesgo”.

 Sin mencionar a crítico alguno por su nombre, el presidente recordó un comentario del senador republicano Jim DeMint, quien dijo que si se frenaba el intento de Obama por reformar el sistema de salud, el mandatario tendría su “Waterloo”.  “Esto no tiene que ver conmigo”, respondió Obama. “No es sobre la política, sino acerca de un sistema de salud que está llevando a la quiebra a las familias, los negocios y la economía de Estados Unidos”.