Nada ilustra mejor la dramática indefensión de nuestros recursos naturales que el caso de Roberto Díaz Nova, Procurador Adjunto de Medio Ambiente de la provincia Independencia, quien tuvo que hacer un largo viaje a Santo Domingo para que pueda escucharse mejor su petición de ayuda a los Ministerios de Defensa y Medio Ambiente, y evitar así que un grupo de poco mas de 60 haitianos deforesten las montañas del municipio de Jimaní para hacer carbón, que luego venden en el mercado binacional de Mal Paso. Y es que el funcionario se queja, con amarga impotencia, de que nunca aparece una patrulla cuando necesita sorprender a los haitianos talando árboles, por lo que advirtió que de continuar esa práctica muy pronto acabarán con plantas endémicas como el cacheo, la baitoa, el barraco y el memiso. Por eso se entiende que en lugar de dirigirse a Medio Ambiente o al ministerio de Defensa viniera directamente a este diario, donde contó a una de nuestras reporteras la situación por la que atraviesa y, sobre todo, de la poca colaboración que recibe de parte del Ejército, donde siempre encuentran una excusa para no facilitarle una patrulla para perseguir y apresar a los deforestadores. ¿”Cómo es posible –se pregunta– que los haitianos recorran 20 kilómetros para hacer carbón y un soldado dominicano no puede correr un kilómetro para perseguir a esos haitianos”? Esa es una pregunta que, evidentemente, le toca responder al Ministro de Defensa, el teniente general Máximo William Muñoz Delgado, pero yo no creo que sea un problema de falta de entrenamiento. ¿Y usted?