Dejar a la Justicia la última palabra

Dejar a la Justicia la última palabra

La puesta en marcha de un grueso expediente adicional por corrupción atribuida a figuras de la pasada administración del Estado describe actuaciones sobre las que deben establecerse responsabilidades siguiendo procedimientos ordinarios en los que acusados y acusadores expongan argumentos sobre los cargos levantados.

No viene al caso etiquetar precipitadamente la acción pública atribuyendo al Ministerio Público propósitos políticos, de exhibicionismo o retaliación.

Tratándose de hechos de singular gravedad, los ojos de la opinión pública se sitúan sobre un Ministerio Público que sostiene haber hecho acopio de evidencias materiales, documentales y testimoniales suficientes para demostrar ante tribunales unos enriquecimientos ilícitos de grandes proporciones a costa de un Estado entonces desprotegido.

Por mucho tiempo, la corrupción ha sido denunciada en este país con visos de credibilidad a resultas de investigaciones periodísticas que pusieron atención sobre patrimonios cuestionados en sus orígenes sin que se procediera a investigaciones profundas, sin que los organismos fiscalizadores, autónomos o correspondiente al Congreso y el Poder Ejecutivo, jugaran el rol escudriñador a que estaban obligados, sin que unos pocos encausamientos posteriores arribaran con transparencia a lo definitivamente juzgado.

La inercia debe cesar con fiscales y jueces que actúen con absoluta verticalidad. A eso apuesta el país.

Vacunar es prioritario

Para el numeroso sector nacional de ciudadanos que no llegan a la tercera edad, la inmunización contra el virus SARS-CoV-2 sigue fuera de alcance a menos que se pertenezca a segmentos ocupacionales que reciben trato preferencial.

La precariedad de abastecimiento que retrasa un objetivo sanitario crucial se debe a incumplimientos de firmas farmacéuticas que desde otros Estados son objeto ya de demandas judiciales por clientes defraudados.

En ese plano de reclamos debe colocarse República Dominicana tratando además de motivar la solidaridad de quienes se agenciaron dosis causando vacíos para una parte de la humanidad.

En el caso particular de Estados Unidos, acaba de anunciar su disposición de compartir vacunas con el resto del mundo y es justo que conceda prioridad a sus cercanas latitudes.

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