Dejarse de cuentos: A pagar los impuestos según el nivel de ingreso. Siempre ha procedido enfilar cañones hacia recaudadores que no aciertan con justicia a captar para el fisco valores procedentes de elevadas fortunas personales y rentas empresariales sin que la sospechosa retención por los poderosos de lo que corresponde al Estado exceptúe de responsabilidades cívicas a otros sectores menores que también le sacan provecho a la sociedad.
El Fisco procura fondos para beneficiar a los contribuyentes con servicios esenciales, asistencia material, seguridad, progreso y orden y desautorizarlo en sus objetivos es una aberración prohijada por políticos y gobernantes que se aprovechan del poder y es preferible cerrarles el paso a ellos que quebrar a la República.
Así como los médicos están clasificados por categoría que van desde unos muchos de abundante lucro con salas de espera repletas de clientes obligados a pagar consultas y copagos por miles y miles de pesos, generalmente en efectivo para eludir escrutinios fiscales, a otros de simples salarios en hospitales o de clínicas sin confort para pobres y clase media.
Sería una inequidad para los fines de pago echarlos a todos en el mismo saco que les lleve a demandar un trato benigno de la DGII o a escapar con trucos a obligaciones tributarias.
Los impuestos se caracterizan por su gradualidad y justicieramente su aplicación debe basarse en una misma vara. Se vale demandar el cese de la evasión que resta recursos para causas sociales pero no sumarse a ella.