Déjate pulir como un diamante

Déjate pulir como un diamante

A Gedeón Santos

Parte II

En el artículo anterior nos enfocamos en explicar la naturaleza de las adversidades y cómo enfrentarlas correctamente. En esta ocasión, veremos las cualidades específicas que debemos desarrollar para tomar ventaja de las diversas situaciones de la vida.

El reconocido escritor Paul Sullivan, en su libro “Clutch”, nos define este término como la habilidad de hacer lo que podrías hacer normalmente bajo una inmensa presión. Esta es una destreza importante para enfrentar las adversidades y salir airoso de situaciones que impactan nuestro futuro de una manera importante. Sullivan indica 5 características que poseen las personas Clutch:

1. El enfoque: estar enfocado no es lo mismo que estar concentrado. El enfoque no ciega, es centrarse en lo que se puede controlar.

2. Disciplina: es casi siempre una batalla en contra de tu persona. Es necesario dominar las emociones y deseos para alcanzar el éxito bajo presión.

3. Adaptación: aquellos que tienen éxito se reajustan y enfocan en la meta que necesitan alcanzar, y no en una manera específica de lograrla.

4. Estar presente: es un comportamiento aprendido. Es el estado que hace que alguien esté preparado para cualquier cosa que se presente en el camino.

5. Miedo y deseo: la combinación de miedo y deseo permite mantenerse motivado incluso cuando las emociones no permanezcan. Dolor, miedo, incomodidad e injusticia son motivadores más poderosos que sus oponentes.

Otro término muy reconocido y útil al respecto es la “resiliencia”. Al Siebert, en su libro “La ventaja de la “resiliencia”, define este término como la habilidad de adaptarse a los cambios de la vida y a las crisis. Se trata de convertirnos en personas flexibles a los tantos baches de la vida y enseñarnos diferentes maneras de aceptarlos y enfrentarlos.

Las personas resilientes se aprueban al sentir dolor cuando tienen problemas, pero no dejan que éste sea un estado permanente. Las personas resilientes no se sienten víctimas de sus crisis, sino que trabajan sus habilidades y, a menudo, salen de sus problemas con una vida más plena de la que tenían anteriormente.

Siebert nos da cuatro niveles por los que hay que pasar para ser una persona resiliente:

1. Optimiza tu salud: en el momento en que sabes lo que te afecta y lo que te revitaliza estás en un punto de decisión de reducir las experiencias que te quitan la energía y aumentar las amenas y revitalizantes o viceversa.

2. Decrece las experiencias negativas: crea un plan de acción para sentirte menos sensible y más en control. Si no consigues modificar la situación, cambia tu respuesta a su presencia.

3. Pide ayuda: si te sientes abrumado y falto de energía para manejar las presiones, considera buscar ayuda profesional.

4. Disfruta la tensión como un buen ejercicio: sin períodos de tensión, perderíamos la fuerza y nos deterioráramos. Estemos conscientes que este tipo de situaciones siempre ocurrirán y que, en realidad, son cosas naturales de la vida de todo ser humano.

5. Una persona resiliente sabe que puede contar consigo mismo durante los tiempos difíciles. Es importante mantener expectativas y actitudes positivas para conservarnos saludables y enfrentar la vida de la mejor manera.

En conclusión, no olvidemos que hemos nacido para aprender a manejar cambios disruptivos fácil y natural. Ejercemos el poder sobre las cosas que podemos controlar tales como nuestra perspectiva de la vida, nuestras habilidades y fortalezas y nuestra capacidad de ser personas resilientes. Tengamos un enfoque preciso en nuestras metas y en disfrutar de todas las bondades del diario vivir. En medio de toda dificultad, hay una oportunidad de ser mejores personas y de cambiar positivamente nuestro entorno.

Asumamos esta inspiración de Robert Frost:

“En tres palabras puedo resumir todo lo que he aprendido acerca de la vida. Continúa hacia adelante”.

Investigadora asociada: Julissa Lluberes

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