Qué relación entre los dos? Evidente y aplastante. Mientras, el Presidente Leonel Fernández orquesta una campaña mediática en torno a su último hobby: la especulación financiera en los mercados de productos básicos y la volatilidad de los precios que ponen en peligro la seguridad alimentaria, uno de sus ministros se la desquita con Hecmilio Galván, un joven lúcido y crítico, cancelándolo de CONALECHE.
Mientras, se produce, en el seno de la FAO, una extensa y crítica bibliografía sobre la especulación alimentaria y eso, desde Josué de Castro, aquí, Hecmilio Galván hacía lo mismo: producía estadísticas y datos, analizaba y denunciaba que el sector agropecuario está siendo afectado por las importaciones de ricos agiotistas enquistados en el Gobierno y por lo tanto está a la merced de los que Leonel Fernández pretende atacar, a nivel internacional, en la ONU.
Esos especuladores que asechan, que no siembran, importan y revenden, monopolizan y expolian en todas partes del mundo, están aquí también. Mientras Leonel Fernández aboga por normar comportamientos supranacionales especuladores, es incapaz, aquí, de perseguirlos, al contrario, les permite que desincentive al sector que garantizaría esa seguridad alimentaria que él reivindica en la ONU, no protege la producción agrícola tradicional, no facilita la comercialización en redes alternativas, no hace caminos rurales, para que la canasta básica llegue a buen precio en todas las mesas.
Mientras, Leonel Fernández figurea en la ONU, aquí reparte cajas llenas de leche importada y promete a los campesinos del Lago Enriquillo días mejores. Mientras, el Presidente Leonel Fernández aboga en la ONU por medidas contra los sectores financieros monopolizadores de productos alimentarios, aquí, permite a Salvador Jiménez, el latín love del PLD, estrangular la producción agropecuaria nacional. Si ese señor pasa un día a la posteridad será exactamente por hacer en el país, lo que el Presidente condena en la ONU.
Triste incongruencia, triste realidad que Hecmilio nos ayudo a descubrir, como nos ayudo a visualizar las consecuencias económicas de un TLC mal negociado. Pero la mayor culpa de Hecmilio, es que nos ayudo a desenmascarar la distancia abismal existente entre discurso/ambición intelectual con la práctica concreta: el sector agropecuario está desapareciendo y la gran culpa de Hecmilio Galvan fue de demostrarnos, en definitiva, que los discursos de Leonel en el mundo, son puro blablablá.