Del bosque local al fogón haitiano

Del bosque local al fogón haitiano

Constantemente, miles de árboles recorren una ruta crítica que los lleva desde su origen en bosques dominicanos hasta los fogones haitianos. Quienes fueron recientemente a Haití a llevar ayuda a los damnificados por Matthew, comprobaron que a los haitianos les falta de todo, menos carbón hecho en República Dominicana. La tala de árboles para producir carbón es uno de los crímenes ecológicos más graves que haitianos y sus cómplices dominicanos están cometiendo en este país.
El ministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito, ha comparado la gravedad del tráfico ilícito de carbón con el de la cocaína, y creemos que no incurre en exageración. Los fogones haitianos y los de islas caribeñas se alimentan con nuestra foresta y ese negocio hay que pararlo a como dé lugar. Ha llegado el momento de asignarle al crimen ecológico, por su efecto destructivo para la vida, la mayor gravedad que tolere nuestro sistema jurídico, y castigar con firmeza y sin excepción.
Es necesario prohibir taxativamente la producción y exportación de carbón, para lo cual deben instalarse puestos de vigilancia estratégicamente instalados en nuestros bosques. Debe haber un clamor nacional contra esa práctica, asumiendo que la misma acelera los cambios climáticos que amenazan nuestras fuentes de agua. Hay que declararle la guerra al carbón vegetal.

¿Cuál es nuestro límite de débito?

Nuestras fuentes de ingresos no dan suficiente dinero para que el Presupuesto General del Estado pueda cubrir todas las necesidades primordiales. Y la primera solución a que recurre el Gobierno es cubrir los déficit con endeudamiento. Pero no solo eso, pues también tapamos vencimientos de deuda con nuevos débitos que solo dan un respiro pero que, a la larga, dejan sentir su fuerza de succión sobre nuestras cada vez más limitadas disponibilidades.
Los críticos de este comportamiento siempre resultan descalificados por expertos oficialistas que definen como “manejable” el endeudamiento que desde fuera del poder ellos mismos criticaban. Y se endeuda al país sin reparar que están empujando su economía hacia una condición inestable, riesgosa, que puede romperse ante cualquier contingencia, local o externa.

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