Milei se ha visto obligado a hacer la transición del candidato al presidente electo, pasando del calor de la campaña electoral a la fría realidad
Cuando en la plenitud de la campaña electoral en Argentina, Emilio Ocampo bromeó diciendo que el suyo sería el cargo que duraría menos, lo hacía convencido de que había sido el escogido por Javier Milei para dirigir al Banco Central y de que le correspondería cumplir la tarea de eliminar esa institución a una brevedad histórica, como era también el deseo del Presidente que finalmente se impuso en el balotaje.
Y había razones para entenderlo así, porque el propio Milei había revelado que tenía cuatro planes a su disposición para dolarizar la economía argentina, pero que el que más le convenció fue el de Ocampo, “incluso me hizo dejar de lado al mío (el de Milei)».
Pero las cosas han cambiado rápidamente en la medida en que Milei se ha visto obligado a hacer la transición del candidato al presidente electo, pasando del calor de la campaña electoral a la fría realidad de los intereses con los que tiene que lidiar para ejecutar sus planes, lo que le impide cumplir la petición de Ocampo de que su nombramiento en el Banco Central estuviera acompañado de la designación de un ministro de Economía que compartiera sus ideas sobre cómo abordar el proceso dolarización en Argentina.
Y esos intereses no se reducen solo a los de los bancos y demás sectores económicos, con los que se tendría que contar para llevar a cabo el proceso de dolarización, sino que también hay que incluir los del expresidente Mauricio Macri, quien dio un apoyo a Milei en el balotaje que debe ser incluido en las cuentas. De hecho hay quienes ya no hablan de un Gobierno mileista, sino macrileista.
Hay dos inequívocas señales que apuntan a que el Ministerio de Economía en el Gobierno de Milei que inicia este 10 diciembre será ocupado por Luis Caputo, hombre de confianza de Macri, de quien fue su ministro.
La primera es su participación (para la que obviamente debió haber recibido el visto bueno de Milei) en un encuentro con los banqueros argentinos, en el que ejerciendo como único orador, dijo que Milei no abolirá el control de divisas inmediatamente después de asumir el cargo y que ve la dolarización como un objetivo a mediano plazo.
Sobre cómo abordar para evitar un estallido de la llamada bomba de las Leliqs (letras de liquidez), sostuvo que el nuevo Gobierno intentará deshacerlas a través de un canje voluntario, saliendo contentos todos los banqueros .
Y la segunda señal es que Milei se ha hecho acompañar de Caputo en su más importante viaje al exterior, el que hace en estos momentos a Washington.
Mientras tanto, Emilio Ocampo observa desde la lejanía y nada de cierto hay aún sobre quién finalmente ocupará la dirección del Banco Central argentino.