Más allá de ser el residuo que queda tras desgranar la mazorca, la tusa de maíz ha demostrado ser un recurso versátil con múltiples beneficios para el medio ambiente, la agricultura y la vida cotidiana. En tiempos donde la sostenibilidad es prioridad, este subproducto agrícola cobra nuevo valor.
Usos tradicionales que inspiran innovación Desde tapones para botellas hasta limpiadores naturales, la tusa ha sido parte de la sabiduría popular en zonas rurales. Hoy, su versatilidad inspira proyectos de reciclaje creativo y economía circular en escuelas y emprendimientos locales.
«Limpia, rasca y desenreda«, dijo un ciudadano entrevistado por el periódico Hoy.
Fertilizante natural y soporte para cultivos Gracias a su composición orgánica, la tusa se utiliza como abono en suelos agrícolas y como base para el cultivo de orquídeas, ayudando a retener humedad y mejorar la aireación del sustrato.
Energía renovable al alcance del campo Investigaciones de la Universidad Pontificia Bolivariana han demostrado que la tusa puede mezclarse con carbón mineral para producir briquetas energéticas más limpias y sostenibles, reduciendo emisiones contaminantes y ofreciendo una alternativa económica para comunidades rurales.