Del chele al peso

Del chele al peso

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Hasta principios de los 70 el pasaje en vehículos públicos costaba en automóvil dos centavos por kilómetro y en guagua un centavo por kilómetro. Los pisicorre (station wagon) cobraban chele y medio por kilómetro. De entonces acá, la acción reivindicadora del coronel Muamar el Kadafi, quien rompió con el precio barato del petróleo en 1973, ha desencadenado un desequilibrio mundial entre los países productores y exportadores de petróleo (que depositan sus enormes beneficios en bancos de Europa y Estados Unidos) y los países importadores-consumidores de combustibles derivados del petróleo, cuya factura nos mantiene con el agua cubriéndonos el labio inferior y parados en la punta de los pies, rogando porque los que lleguen   no hagan olas.

Los beneficios de las fuentes alternas de energía, como todo, dependen de una intrincada serie de factores dentro de los cuales están, básicamente: la costumbre, el descreimiento, la competencia y la resistencia al cambio, para sólo citar unos pocos.

Cuando los campesinos de una localidad mexicana probaron las nuevas semillas de maíz con un resultado óptimo en rendimiento por tarea sembrada, celebraron fiestas por la cosecha obtenida.

Para la próxima siembra decidieron usar las viejas simientes de maíz, porque la harina del maíz nuevo no se compactaba con agua al fabricar las tortillas y como se desgranaba no les servía.

Siempre habrá que romper la resistencia a lo nuevo, lo que se logra cuando se demuestra que el cambio es bueno porque es beneficioso, su precio es menor, el servicio que ofrece es igual o mejor, porque el servicio se consigue en donde uno lo necesita y cuando el resultado de la ecuación: inversión +- rendimiento = ganancia en todos los sentidos. La importancia del componente combustible en todo tipo de negocio es tal que cada día el mundo busca el uso de alternativas más económicas que hagan viable la producción o el servicio a un precio más bajo, con mayor eficiencia y con el menor daño posible al ambiente.

Este martes un vehículo de mil 600 cc se desplazó desde Santo Domingo hasta Santiago, y allá dio varias vueltas antes de que el tanque de combustible se agotara.

Eso no es extraño. Todos los días nadie sabe cuántos vehículos viajan entre Santo Domingo y Santiago y viceversa.

Sólo que el vehículo al que me refiero estaba alimentado con gas natural y se hizo la prueba de que lleno el tanque con ese combustible no había necesidad de rellenar el depósito en la ruta previamente establecida Santo Domingo-Santiago.

El vehículo fue alimentado con 14 metros cúbicos de gas natural, en la planta de Andrés, Boca Chica, y caminó durante 205 kilómetros sin necesidad de reponer el combustible.

El trayecto Andrés-Santiago fue de 197 kilómetros. Resultado: 14 metros cúbicos a RD$16.35 = 228.90 divididos por 197 kilómetros = RD$1,16 por kilómetro.

Como testigos de la demostración asistieron funcionarios de la Comisión Nacional de Energía, periodistas de Hoy, Listín Diario, El Nacional, Diario Libre, Telesistema, CERTV, Canal 25, Ercilio Veloz Burgos de El Pueblo Cuestiona.

Una menta costaba un chele durante mi infancia, ahora cuesta más de un peso.

Un carro de mil 600 cc vuelve al chele por kilómetro, si se opera con gas natural.

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