Del cine al libro, República del Color

Del cine al libro, República del Color

Marianne de Tolentino

Lo consideramos un libro único, apasionado, fascinante. Y es primicia: una película lo ha inspirado, empezando por su título, “República del color”.

También el film que le dio vida, realizado por Héctor Manuel Valdez, ha inaugurado una nueva clase de producción cinematográfica dominicana, un documental de arte, de largo metraje, que seduce e impresiona de principio a fin.

No nos corresponde su comentario, lo hizo Armando Almánzar, estimando que era la película de la semana, un elogio de alto concepto por “el” escritor de cine, tratándose de una obra que, partiendo de la pintura, conjuga las bellezas del país… y nos transporta aun a otras cumbres –europeas éstas– de la estética ambiental. Ese esplendor visual, de una dominicanidad abierta, llevada a la pantalla, debe conocerse internacionalmente.

Así mismo, el libro debe difundirse, con una traducción al francés y al inglés.
El volumen, de refinamiento y riqueza admirables, aúna las excelencias –textos, imágenes, diseño, impresión–, y sólo, en breves líneas iniciamos su presentación crítica. Amerita puesta en circulación ampliada y mesa redonda, en las que se {re}conozcan sus participantes.

Antes de referirnos a su contenido y múltiples encantos, queremos puntualizar que deslumbra desde la portada, que, pese a su hermosura y lujo –en el sentido de abundancia y superación–, es de dimensiones manejables, que se destina a la lectura de sus quince capítulos y la contemplación de sus 360 páginas, una y otra vez. Más aun, para los amantes del arte, puede ser libro de cabecera, otra virtud ejemplar en su categoría…

Libro de excepción. Nos preguntamos si Danilo de los Santos, experto sin rivales en esta materia, no habrá escrito aquí su obra maestra. Está su consabida competencia como historiador, en la que nos cuenta, de una manera perfectamente articulada, el pasado eterno –político, institucional y cultural–, con su culminación en y por el arte. “El primer y remoto período de la historia insular se relacionó a la población de amerindios antillanos”… así comienza ese relato ameno, generoso y esencial… Tal vez no haya, hasta para quienes se inician en la historia dominicana –por ello hablamos de difusión internacional–, un texto más atractivo e inmediatamente disfrutable, con una erudición natural.

Danilo escribe bellamente para que todos le entiendan, y se convierte aun en poeta… los ejemplos de ese lirismo –¡tan fuerte que no lo esperábamos!– son continuos. Y tiene otra virtud, que ya notamos en su “Memoria enciclopédica del arte”: se agrega a la obra personal, la integración de otros, escritores o artistas. Hay una verdadera fluidez de citas –de autores que él estima paradigmáticos en el tema–, la lectura se vuelve una delicia compartida, ilustradora y didáctica, donde los versos caben junto a la prosa.

Nos impresionó esta forma excepcional. En cuánto, al fondo, “extenso trabajo de investigación” como lo calificó Héctor Valdez, ese recorrido pormenorizado de hechos, esa escritura metafórica sobre una tierra de luz y colores que se volvió nación y patria del arte, demandará análisis apretados. Ahora, introducimos, no más…

Las imágenes, en su mayoría reproducciones de obras magistrales y una fotografía incomparable, acompañan magníficamente el texto, cual homenaje vibrante a los héroes, pioneros y maestros de la plástica dominicana, incluyendo desde el simbólico Théodore Chassériau, hasta Guillo Pérez. ¡Si unos faltan, dolor incontenible de autores, editores, cineasta, es que hay anti valores invencibles!

Termina, colofón, José Gausachs, la “Divina” y su divino texto sobre el arte pictórico… ¡ilustración formidable en palabras!

Lourdes Saleme ha convertido el volumen en “libro objeto”, según llamamos los libros únicos de artistas… Gran artista y creadora –el diseño es un arte mayor–, tal vez “República del color” sea su obra maestra, deslumbrante en tipografía, colores, espacios, márgenes, despliegue, detalles, elaboración y más… El resultado sobresale, suntuoso.

Y ¡cuánto ha trabajado, con entusiasmo y afanes, la coordinadora editorial, Mary Loly de Severino, desviviéndose para reunir el conjunto y llevarlo al clímax de la publicación!

¡Bravo para los equipos de “República del color”, película, libro… y poemarios ambos!

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