Un hecho de ejemplar trascendencia, por su contenido y potencial precedente para reorientar el accionar político, encarando adecuadamente nuestras calamidades nacionales magnificadas por la sindemia “covidiana”, acaba de acontecer: Nuestros cinco principales partidos se comprometieron a “impulsar el desarrollo municipal” y a relanzar la LMD como “instrumento de…la gestión local”.
Ver: https://hoy.com.do/partidos-acuerdan-impulsar-desarrollo-territorios-locales/
Puntualizaron este compromiso seleccionando el próximo secretario general de la LMD y el presidente de FEDOMU.
La sindemia que estamos sufriendo –sinergia de pandemia sanitaria con desorden demoterritorial e informalidad económica -no podrá encararse satisfactoriamente si no se actúa simultáneamente en estos frentes.
Esta actuación se hace más expedita actuando sobre localidades focalizadas administrados municipalmente.
Distanciarse y evitar aglomeraciones no puede aplicarse, muchos menos exigirse, so pena de resultar risible, en barrios y en “piezas” que sirven de vivienda a gran parte de nuestros pobladores urbanos.
En ellos predomina hacinamiento y carencia de servicios, como del agua que se exige para lavar manos.
El desorden territorial también se expresa en distancias separadoras de lugares de trabajo y vivienda, creando demanda de servicios de transporte que aumenta exposición viral.
La informalidad económica empuja a jefes de familia a salir diario a calles, procurando trabajo e ingresos para comprar alimentos y medicamentes en hogares que carecen de despensa, convirtiendo en burla consignas gubernamentales como “quédate en casa”.
Trabajadores formales suspendidos o cancelados no pueden generar ingresos para adquirir alimentos y medicamentos preventivos para fortalecer su sistema inmunológico ni suministros para protegerse.
Es imprescindible concebir un accionar comprehensivo contra la sindemia y no aisladamente contra la pandemia.
Los territorios municipales administrados por gobiernos locales, eficientizados, constituyen espacios ideales para esto.
Por eso la trascendencia del compromiso municipal asumido por partidos; pudiendo servir, además, de precedente, para abordar con menores repercusiones adversas, delicados temas nacionales que nos afectan.
Tal es el caso de una reforma fiscal que fomente la producción y el empleo, reflejada en un presupuesto que mejore la calidad del gasto basada en estimaciones de recaudaciones realistas sustentadas en simplificar el sistema tributario, incluyendo reducción de impuestos y tasas.
Reforma fiscal y Presupuesto que han caído en un peligroso limbo que debe abordarse prontamente para superar incertidumbres que frenan iniciativas económicas potencialmente generadores de producción y empleo.
La circunstancia que el presidente Abinader dio pasos iniciales al respecto, reuniéndose semanas atrás con líderes máximos de partidos, hace inexplicable que no se le haya dado seguimiento debido a este gesto.
El compromiso municipal multipartidariamente acordado debería inspirar la retoma sistemática de estas conversaciones y acicatear procesos nacionales de concertación política entre partidos con representación congresional para abordar reformas socioeconómicas impostergables.