Desde los más áridos desiertos del universo, con sus atípicas formas y todas sus espinas, los cactus llegan para “pinchar” cada rincón del hogar.
Estas plantas han pasado de estar colocadas en un extremo recóndito del jardín a ser las dueñas y señoras de la ambientación de cualquier escenario de la casa.
Puede parecer que los cactus manifiestan cierta sobriedad, pero no es así, ellos aportan un nivel inconfundible de sublimidad y frescura a las estancias donde se colocan.
Este tipo de plantas se adapta a cualquier espacio y puede ser situada de formas infinitas. Y lo mejor de todo es que llevan el color del año: “greenery”.
Pero, además de su forma natural, en la actualidad existe todo tipo de ornamentos, estampados y hasta vajillas con el cactus como protagonista. En el mercado se consiguen cortinas, cojines, vajillas, percheros, almohadas, sábanas, manteles, platos, tazas, cuadros, papel para tapizar las paredes… en fin, los objetos con el cactus como foco de atención son casi infinitos.
Al natural. Si decides utilizar el cactus en su estado natural, para darle un giro diferente y muy moderno, olvida el típico macetero de barro y plántalo en una antigua taza que ya no utilices, una lata reciclada, un frasco de vidrio…