YAYO PÉREZ
Ha sido objeto de comentarios entre allegados al Gobierno la sorpresiva renuncia de Gustavo Montalvo, miembro del PLD, quien en los años ochenta lo abandonó, siendo reconquistado por Leonel Fernández en la campaña de 1996. Montalvo es sociólogo, y en el anterior gobierno peledeísta fue quien tuvo a su cargo la reforma y modernización del Poder Ejecutivo, un programa que más tarde recibió el nombre de Pro-Reforma, que hoy recibe el apoyo técnico y financiero del BID.
¿Por qué renunció, siendo tan amigo, de la entera confianza del presidente Fernández? Montalvo había asumido de cuerpo y alma una serie de misiones, incluyendo parte de la puesta en marcha del programa sobre la ética y la lucha contra la corrupción. Sin embargo, lo que movió su renuncia fue una licitación hecha a la criolla que llevó al BID a protestarla y, aparentemente, el presidente Fernández la bautizó como buena y válida.
El discurso de la transparencia asumido por nuestros gobiernos de América Latina, incluyéndonos, tiene su origen en los organismos internacionales como el BID y el Banco Mundial, y toda gestión pública sin transparencia terminará con unas relaciones impropias con el BID y el Banco Mundial, lo cual quiere decir que la denuncia del señor Montalvo tiene repercusiones en el BID, organismo que financia la de reforma y modernización del Poder Ejecutivo, y que nadie se sorprenda si un día de estos acusan al Gobierno de poco transparente.