Del dicho al hecho

Del dicho al hecho

YAYO PÉREZ
Lo que ha ocurrido en la reforma fiscal integral tiene su origen en la falta del consenso del cual se dijo que hubo, es decir se “negoció” un sensible proyecto al margen de los puntos de vistas de sectores económicos vinculados tradicionalmente al consumidor. La reforma fiscal dejó de ser integral tan pronto se actuó sobre la base de prioridades particulares, cuando el Gobierno y el país han tenido la segunda oportunidad de concebir una propuesta efectiva, “propositiva”, de cara a un inevitable proceso de desmonte arancelario.

Es la segunda oportunidad, y da a entender que los políticos siguen mirando sólo hasta la punta de sus narices cuando deberían ser quienes nos hagan descubrir la distancia, allá lejos, donde reside el futuro al cual esperamos visitar en los próximos años.

Sin embargo, ¿qué necesidad hubo y hay que quedarnos atados al pasado cuando los tiempos reclaman de nuestros líderes franqueza y una actitud menos evasiva con los compromisos de un proyecto de Nación?

Caminamos sobre las huellas de los errores dejados como herencia por nuestros ancestros y continuamos profundizando sobre nuestros yerros, sin importarnos el presente ni el futuro.

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