De los desenfrenos a tiros de «efectivos» (curiosa denominación) no deben seguir separados como corresponsables sus superiores llamados a hacer valer límites al accionar de los individuos que envían a las calles a guardar el orden con «efectivos» procedimientos y no solo de palabras.

Tirotear sin miramientos sobre vehículos ocupados por indefensos y pacíficos ciudadanos en una carretera de La Romana, como acaba de ocurrir siguiendo en la misma línea inconsulta de trágicos resultados recientes en Villa Altagracia, mueve a cuestionar los entrenamientos y depuración de candidatos a integrar tropas para la actuación sobre civiles.

Poco se consigue cuando los comandantes de la gendarmería desaprensiva deploran y condenan los hechos cumplidos en desacuerdo con el uso irresponsable de armas de fuego de sus subalternos.

Son sucesos que exponen ausencia de firmes órdenes superiores para la aplicación del protocolo que procura reducir a obediencia a los sospechosos sin derramar sangre de terceros, en nombre del incalculable valor de la vida humana.

Preferible que continúe en fuga cualquier sospechoso a que muera algún inocente. Cuando los errores arrojan mortalidad, no hay excusa ni sanción que restañe daños, a menos que la fuerza del castigo disuada de futuros desafueros, que de eso ha faltado mucho también contra fracasos de otras especies y reincidencias en delitos de narcotráfico.

Entre la ciencia y la realidad

Los rastros del polvillo que genera una intensa extracción de carbonato cálcico a cielo abierto en la región de Barahona no preocupan a los expertos medioambientales que estudiaron el caso por instrucción del Gobierno… pero sí a quienes respiran el aire ahora enrarecido, ven las trazas de contaminación sobre ríos y el impacto negativo para aguas subterráneas que podrían dejar de ser aprovechables para usos comunitarios.

Los expertos enviados deben ser buenos en lo suyo pero forasteros, al fin y al cabo y, probablemente, no conocen de impurezas en el oxígeno que entra a sus pulmones en los lugares en que residen, cuyos suelos no son embestidos sistemáticamente por maquinarias destrozadoras de la corteza terrestre ni surcados por camiones que dejan nubes de polvo en acarreos de exportaciones que generan divisas… y problemas.