Del hospital de Azua al
Palacio de los Deportes

Del hospital de Azua al <BR>Palacio de los Deportes

Se preguntaría el lector, qué tienen en común ambas estructuras, y es que las dos confrontan serios problemas de la falta de mantenimiento que ha obligado al médico director a renunciar, y en el otro caso suspendieron temporalmente un torneo internacional de baloncesto.

Es una gran vergüenza para las autoridades que por su tradicional incuria e indolencia en no ponerle atención al mantenimiento preventivo de las obras estas se caen a pedazos y, si son afortunadas, los funcionarios acuden a su rescate para aplicar costosas e increíbles reconstrucciones y remodelaciones con sustanciales beneficios.

El caso del hospital Taiwán refleja la dejadez de las autoridades, al no prestarle la atención debida a una donación de un gobierno amigo, como el de Taiwán, que generosamente aportó algo más de $15 millones de dólares para que Azua contara con un moderno centro de salud que hasta parte de sus equipos se han dañado o desaparecido y su estructura física refleja el descuido en su mantenimiento preventivo.

El caso del evento internacional de Centrobasket que fue suspendido por las pésimas condiciones del Palacio de los Deportes, es parte de la tradición criolla de dejarlo todo para última hora, nunca aparece el dinero y si es un sector deportivo que políticamente no gravita en ciertos sectores no se le pone atención, o si los que van a ser favorecidos con los trabajos no son del entorno del gobierno que tiene la llave, nunca aparece la autorización de las erogaciones de los fondos o se retardan con mucha premeditación.

Y luego de los escándalos y de la desesperación de los sectores afectados y solos si medios airean con fuerza tales fallos entonces aparecen los fondos pero el daño ya está hecho. De ahí que el caso del hospital de Azua no se ha resuelto porque está a 110 kilómetros de la capital y no hay suficientes voces que mantengan la presión sobre las autoridades. De seguro que se ha creado un malestar diplomático, con las autoridades taiwanesas, esa falta de atención de los dominicanos por una edificación para preservarla y darle el uso adecuado a lo que ellos aportaron con tanto desprendimiento.

Las malas condiciones del Palacio de los Deportes fue una crónica de una indolencia anunciada, la falta de mantenimiento afectó por varios días la celebración de Centrobasket; y eso que hace poco tiempo la media naranja fue objeto de una costosa y bien publicitada reparación. Todas las instalaciones deportivas, en manos del Ministerio de Deportes, son una vergüenza nacional especialmente las piscinas olímpicas, construidas para esos inútiles juegos nacionales. El bochorno y vergüenza nacional del incidentado torneo semi fallido fue una consecuencia del tradicional abandono oficial al mantenimiento.

Aquí todo gira en torno al fin primario y urgente de los funcionarios, que en cada cargo tienen un derecho de botín para satisfacer sus deseos de riquezas, y de buscar, en construcción de obras nuevas o en comisiones que les aportan ciertas compras, el beneficio que no se consigue reparando baños en el Palacio de los Deportes o tapando sus goteras y menos aires acondicionados si los mismos fueron instalados por empresas que no gozan de las simpatías de ciertos funcionarios.

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