Del minimalismo al kitsch

Del minimalismo al kitsch

La formalidad del blanco como eje de la decoración, con estancias frías, despojadas e impersonales, se despide para dar paso al kitsch, desacartonado y chillón. Podríamos hablar de una tendencia que muta del minimalismo puro al extravagante kitsch.

Por definición, el minimalismo reduce al máximo los elementos, los volúmenes y las formas, prescinde del color y busca la belleza en la mínima expresión.

Por el contrario, el kitsch se destaca por el predominio del color y las formas, la utilización de elementos antiestéticos y chillones. Predominan los colores rosa chicle, azul cielo, verde manzana y rojo. Las texturas utilizadas son también muy variadas: el alambre, las pieles sintéticas, el cristal, el plástico y el papel. Muebles de raras formas, lámparas de lava, accesorios disparatados y toda clase de objetos que tengan que ver con el arte y con este tipo de cultura. Utiliza también cortinas de caireles y almohadones de pelo. En definitiva, cualquier tipo de estampado u objeto que sea llamativo y original.

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